Los j¨®venes dan alas al Sevilla
Rubio rompe la racha de cinco derrotas y logra ante el Sporting su primer triunfo
El Sevilla vuelve a ser pen¨²ltimo y ayer su afici¨®n comprob¨® en sus carnes c¨®mo se vive la alegr¨ªa en la casa del pobre Pendientes de un gol, de un minuto, de un suspiro. A Juli¨¢n Rubio le sali¨® bien la apuesta. Era valiente desde, el principio Dej¨® a titulares hasta ahora indiscutibles, en el banquillo y sac¨® de entrada. a medio filial jalonado por unos extranjeros apesadumbrados por la duda, por el estado de zozobra permanente.Los yogurines eran los locales y enfrente ten¨ªan a un Sporting envuelto en una confusi¨®n permanente que tiene todas, las papeletas para pasarlo muy mal en lo que queda de campeonato. Rubio rebaj¨® susitancialmente la edad media del equipo, lo remoz¨® de forma revolucionaria en un psicoan¨¢lisis colectivo . aplaudido por la afici¨®n. El sevillismo est¨¢ con el equipo. S¨®lo est¨¢n con el equipo. La grada de los biris era Triana pura : gritos contra el presidente contra el ex-presidente, contra la polic¨ªa: V¨ªtores a unos futbolistas que ten¨ªan ante s¨ª un reto descomunal: acabar con la racha, de cinco derrotas consecutivas que tuvo como punto de inflexi¨®n la noche de Otumba de Carlos Salvador Bilardo.
El Sevilla sali¨® con rabia y energ¨ªa. Forz¨® en la primera arte m¨¢s saques de esquina que en varios partidios anteriores. Acorral¨® al Sporting, lo desbord¨® en las bandas. Ten¨ªa que acompasar los ritmos, porque la velocidad de Luque II -un derroche de entrega y de astucia- era compa?era de la parsimonia del griego Tsartas.
En la l¨ªnea medular, Almeyda intentaba por en¨¦sima vez gan¨¢rse e cr¨¦dito.
Terminaba la primera parte sin goles. Y empezaba la segunda con una remodelaci¨®n del Sporting: Benito Floro daba a Luna y el costarricense Ronald G¨®mez en lugar de Bango y Lediakhov. Decisi¨®n que no extra?aba porque los salientes estaban jugando con, velocidad de carretas rocieeras.El Sporting se benefici¨® del recambio y disfruto de unos minutos de confuso dominio.No era hegemonico, pero s¨ª preocupante.El Sevilla no necesita de psicologos en los primeros compases de esta reanudaci¨®n. La izquierda de Tsartas, que tanto promet¨ªa, esta vez cumpli¨® batiendo a Ablanedo de libre indirecto.
Juli¨¢n Rubio recurri¨® a los cl¨¢sicos.Sac¨® a Martag¨®n y Rafa Paz por Velasco y Loren, dos de los canteranos.Era la hora de apuntillar, de ganar una de las muchas, finales que quedan para conseguir el milagro y evitar el desaguisado. El Sporting se qued¨® sin rusos y fue el Sevilla el que decidi¨® hacer la revoluci¨®n: Jos¨¦ Mari burl¨® el fuera de juego aprovech¨® un excelente pase de Luque II y bati¨® a Ablanedo.Dos goles de ventaja.Un aut¨¦ntico ejercicio, de gula en una temporada de dietas y hambrunas.
Por eso la afici¨®n y el propio equipo se vieron inmersos en su propio miedo esc¨¦nico cuando la cabeza de Ronald G¨®mez perfor¨® la porter¨ªa de Unzu¨¦ en el tiempo de descuento. Una emoci¨®n innecesaria, un suspense no querido.
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