El Atl¨¦tico se lo pasa de vicio
Un gol de Fortune hizo justicia a su gran f¨²tbol en Legan¨¦s
El Legan¨¦s puso la bronca; el Atl¨¦tico el f¨²tbol. Aqu¨¦l se movi¨® a torpes impulsos; ¨¦ste, al dictado del toque. Gan¨® el Atl¨¦tico., claro. Que apareci¨® por el sur de Madrid para crecer. Minuto a minuto, detalle a detalle. Con firmeza, con empaque de buen equipo. Opt¨® el Legan¨¦s por el derribo y convirti¨® aquello en un asunto turbio; el Atl¨¦tico se levant¨® y lo limpi¨®. Con gusto y con estilo. Lo dicho: que gan¨® el Atl¨¦tico. Faltar¨ªa m¨¢s.Y faltar¨ªa m¨¢s porque el choque no admiti¨® otro desenlace. El Atl¨¦tico durmi¨® el partido en sus inicios a la espera de acontecimientos. Y se lo pas¨® de vicio. Porque s¨®lo cuando Miguel ?ngel entraba en acci¨®n el juego del Legan¨¦s adquir¨ªa cierto sentido. Pero lo dif¨ªcil era, precisamente, que entrara en acci¨®n.
De la espesura en la que se movi¨® el Legan¨¦s no le supo rescatar Alfredo. Que es el faro de un equipo que anda ciego si ¨¦l no aparece. Ayer apareci¨®, eso es cierto. Una y otra vez. Se le pudo ver, por ejemplo, cuando de protestar al ¨¢rbitro se trataba. All¨ª estaba, el primero, Alfredo. Se produc¨ªa un peque?o enfrentamiento entre los jugadores y por all¨ª merodeaba Alfredo. Que se encaraban dos contendientes, pues uno era Alfredo, convertido en capit¨¢n general de todas las batallas, excepto de las que ten¨ªan que ver con el f¨²tbol.
Irreconocible el motor del Legan¨¦s, que se grip¨® en los bajos fondos, el equipo demostr¨® una impotencia de cuidado. El Atl¨¦tico, que se jugaba media vida en el envite, supo aprovecharlo. El partido era suyo. De cabo a rabo. S¨®lido en defensa, el ¨¦xito de su empresa pasaba porque Cherna, Ezquerro o Fortune enlazaran con Yordi. Lo hicieron. A la exquisita arrancada de Chema le puso Fortune la guinda. El p¨²blico esperaba la reacci¨®n local. Y sigue esper¨¢ndola. Se gustaba el Atl¨¦tico, amo del bal¨®n y protagonista del f¨²tbol que all¨ª se vio. Diarte se fue sonriente al vestuario. No era para menos. El mejor filial espa?ol sobrevive y tiene tiempo para relamerse. Dichoso ¨¦l.
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