La clonaci¨®n viola la confianza de Dios
El paradigma cor¨¢nico de la creaci¨®n humana impide cualquier paso hacia la clonaci¨®n. En la conciencia musulmana el cuerpo es el punto medio en el que se encuentran el mundo del esp¨ªritu y el de la materia. Es el eje alrededor del cual gira el mundo de cada uno.En el islam no hay ni una idea de "derechos" sobre el cuerpo de uno mismo, ni de "propiedad" del cuerpo en el sentido occidental de la palabra. Para un musulm¨¢n, el cuerpo es un tesoro de Dios. No es una propiedad exclusiva ni un art¨ªculo de usar y tirar. De ah¨ª la prohibici¨®n del suicidio. La posesi¨®n temporal del cuerpo no implica que sea propiedad del que lo posee. La humanidad es simplemente un agente, un fideicomisario de Dios.
Desde el momento del nacimiento hasta el instante de la muerte, todo el ciclo es un acto divino. La oraci¨®n ritual que uno recita cuando muere una persona es un v¨ªvido recordatorio: "S¨®lo ¨¦l da la vida y reparte la muerte; y a ¨¦l deber¨¦is regresar todos" (Cor¨¢n, 10.56).
Por tanto, ante la ausencia de un axioma cor¨¢nico sobre el cuerpo como propiedad, la intervenci¨®n gen¨¦tica, incluida la clonaci¨®n, parece bastante poco ¨¦tica.
Sin embargo, en el lado pr¨¢ctico del asunto, los musulmanes son exhortados -como obligaci¨®n ritual- a mantener el tesoro del cuerpo en'forma.. Si la clonaci¨®n es una experiencia asexual -en el sentido de que se lleva a cabo en el marco de los lazos maritales legales, no se traspasan los l¨ªmites gen¨¦ticos extramaritales y la dona ci¨®n gen¨¦tica procede ¨²nicamente de los c¨®nyuges- su prohibici¨®n debe ser juzgada seg¨²n las normas ¨¦ticas isl¨¢micas.
Por ejemplo, a diferencia de las restricciones cat¨®licas, el islam autoriza el aborto terap¨¦utico en casos cl¨ªnicos, es decir, de peligro in minente para la vida de la madre. ?Puede ofrecer la manipulaci¨®n gen¨¦tica una situaci¨®n an¨¢loga? S¨®lo se nos ocurre una hip¨®tesis posible: la intervenci¨®n gen¨¦tica prenatal con fines correctivos, siempre que se demuestre que existe una justificaci¨®n cl¨ªnica. Nuestro razonamiento para hacer esta afirmaci¨®n se basa en el paradigma del cuerpo como tesoro y en la consiguiente responsabilidad de su cuidado como obligaci¨®n de todo musulm¨¢n, tanto mujer como hombre.
La arrogancia de la ciencia occidental nunca ha sido mayor que cuando ha cruzado la frontera de la clonaci¨®n. ?Representa la clonaci¨®n la malevolencia de los rebeldes? ?Es la autoperpetuaci¨®n vengativa de aquellos que desafiar¨ªan a Dios? El cuerpo humano es propiedad de Dios, no del laboratorio del hombre. Abusar de la confianza de Dios s¨®lo llevar¨¢ a una cat¨¢strofe de la esencia humana.
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