Entre la chuler¨ªa y el filibusterismo

Hubo un tiempo en que el neorrealismo cinematogr¨¢fico hizo de los jueves milagro. Ahora el neoparlamentarismo de vuelo bajo trae los mi¨¦rcoles zafarrancho. Hab¨ªa concluido Aznar la contestaci¨®n a la pregunta de IU sobre corrupci¨®n cuando la diputada socialista Mercedes Aroz pidi¨® la palabra para protestar porque el presidente no contestaba dos preguntas de su grupo sobre el debate de las autonom¨ªas y el plan de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Para Aroz, Aznar trata de "escaparse de preguntas que no le gustan".Se levant¨® entonces Luis de Grandes, portavoz del PP, y acus¨® a los socialistas de "hacer juicios de valor indebidos" y record¨® que, "de acuerdo con el reglamento, el Gobierno contesta a trav¨¦s de la persona que estima en cada momento".

Terci¨® entonces Joaqu¨ªn Almunia en nombre de los socialistas e introdujo una nueva cuesti¨®n: "en base a qu¨¦ art¨ªculo ha tenido la palabra el se?or de Grandes". Federico Trillo zanj¨® el tema con energ¨ªa y amonest¨® a un diputado de su grupo que vocifer¨® durante el rifirrafe.

Parec¨ªa que se encarrilaba la sesi¨®n porque Trillo dio la palabra a la socialista Amparo Rubiales para que preguntase a Aznar sobre el uso de la capacidad normativa de las Comunidades Aut¨®nomas, pero Rubiales arranc¨® en terrenos de confrontaci¨®n muy diferentes: "Se?or Aznar, este pa¨ªs no es una monarqu¨ªa absoluta y usted no es un se?or feudal". Para la diputada socialista el presidente tiene el derecho reglamentario de responder las preguntas que quiera pero tambi¨¦n "la obligaci¨®n pol¨ªtica" de contestar a las que le formule el grupo socialista.

Derechos y obligaciones

Rubiales espet¨® a Aznar que el presidente "tiene muchos derechos, pero tiene obligaciones y luna de ellas es someterse a las preguntas que la oposici¨®n quiera formularle y no elegir usted las que la oposici¨®n quiere que le haga. Se?or Aznar, yo no quiero o¨ªr su respuesta a algo que no le he preguntado, ni le voy a preguntar". Inmediatamente anunci¨® que retiraba la cuesti¨®n.Trillo concedi¨® a Aznar un turno para que expresase "su opini¨®n". Aznar ret¨® a los socialistas: "Quiero decir que cualquiera de las tres preguntas que han dicho los portavoces socialistas si las quieren formular en este mismo acto estoy dispuesto con mucho gusto a contestarlas". El grupo popular jale¨® con. fuertes aplausos la valentonada del presidente y la diputada Rubiales pregunt¨® a Trillo cu¨¢ndo podr¨ªan formular esas preguntas. Trillo dio entonces paso a la que correspond¨ªa al diputado Andr¨¦s Sollero (PP) sobre el jurado. Aznar la respondi¨® y luego, como en el verso, dej¨® el esca?o, se fue y no hubo nada.

El encontronazo se prolong¨® en los pasillos. Si hubiese que creer a los portavoces del PSOE y del PP, la tarde hab¨ªa estado entre la "chuler¨ªa" que seg¨²n Almunia ejerci¨® Aznar y el "filibusterismo" con el que de Grandes acus¨® a los socialistas. Almunia reprochaba al presidente que se mostrase dispuesto a contestar dos preguntas despu¨¦s de haber sido, retiradas "sabiendo que la pel¨ªcula ya hab¨ªa acabado y que ¨¦l ten¨ªa el papel de malo". De Grandes vio en la actitud del PSOE un intento de enrarecer los plenos de forma que Aznar no merece porque acude habitualmente al Parlamento "mientras el jefe de la oposici¨®n, que no merece tal nombre, est¨¢ clamorosamente ausente del Congreso de forma permanente", en alusi¨®n directa a Felipe Gonz¨¢lez.

Diputados de otros grupos explicaban en los pasillos que se hab¨ªa tratado de un intento del PSOE de restar protagonismo a IU por su pregunta a Aznar sobre la corrupci¨®n en Zamora y las duras acusaciones personales que, por primera vez, sobre este asunto hab¨ªa recibido el presidente en sede parlamentaria.