La fiscal¨ªa pide dos a?os de c¨¢rcel para los profanadores de un cementerio jud¨ªo franc¨¦s en el que empalaron un cad¨¢ver
En el cogote afeitado de uno de los profanadores de tumbas jud¨ªas del cementerio de Carpentras, sureste de Francia, pod¨ªa leerse, tatuada, la inscripci¨®n Made in France. Cuatro hombres de entre 31 y 27 a?os se han sentado esta semana ante un tribunal de Marsella para responder de los actos realizados el 8 de mayo de 1990. Entonces destruyeron 34 tumbas jud¨ªas y, despu¨¦s de decapitarlo, empalaron con un parasol el cad¨¢ver de F¨¦lix Germon. Ahora, la acusaci¨®n pide dos a?os de c¨¢rcel para Olivier Fimbry y Patrick Lacnegro y 18 meses para Yannick Garnier y Bertrand Nouveau.El asunto de Carpentras ha tenido en vilo a media Francia durante siete a?os. Magdelaine Germon, viuda del anciano cuyo cad¨¢ver fue vejado, ha luchado durante todo este tiempo, sin regresar a su domicilio canadiense, para que se resolviese el caso. El azar, en forma de accidente de moto que quit¨® la vida al principal instigador de la salvajada; la crisis, que dej¨® sin trabajo a tres de los cuatro cabezas rapadas, y los remordimientos, que llevaron a Gamier a confesar, son' los elementos fundamentales en un caso que, seg¨²n el fiscal, supone "un fracaso policial y un fracaso para la investigaci¨®n judicial".
En efecto, de no mediar el desamparo social y an¨ªmico en que se encontraba Garnier, ¨¦ste nunca se hubiese autoinculpado ante una polic¨ªa desorientada y una instrucci¨®n judicial que no quiso tomar en serio la pista que conduc¨ªa hasta los cuatro neonazis, miembros de un grup¨²sculo ultraderechista, el PNFE. Es m¨¢s, cuando la izquierda quiso politizar el caso y poner de relieve el car¨¢cter racista y antisemita del embrollo, se top¨® con la respuesta del Frente Nacional, que en 1995 organiz¨®, en el propio Carpentras, un acto de "autodesagravio".
Para la fiscal, Garnier merece una pena reducida porque cree en la sinceridad de su arrepentimiento y porque sin ¨¦l no habr¨ªa proceso". De Nouveau ha dicho que lo consideraba capaz de "reintegrarse a la sociedad" porque "ha tenido el valor de admitir su cobard¨ªa", pero tambi¨¦n ha recordado que "en los domicilios de Fimbry y Laonegro es donde m¨¢s literatura antisemita se encontr¨®".
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