Jalabert renueva su historia de amor con la Mil¨¢n-San Remo

"Jalabert es tan favorito o m¨¢s que hace dos a?os". Esta afirmaci¨®n de Manolo S¨¢iz, director de la ONCE, deber¨ªa bastar para cerrar cualquier tipo de debate: la Mil¨¢n-San Remo, la m¨¢s matem¨¢tica de las cl¨¢sicas -s¨®lo un par de ganadores sorpresa en los ¨²ltimos 10 a?os-, ya tiene ganador antes de disputarse hoy sus 294 kil¨®metros. Sin embargo, las cosas no parecen tan sencillas como en 1995, a?o en que el ciclista franc¨¦s cumpli¨® los pron¨®sticos de forma apabullante en la primera prueba de la Copa del Mundo. Otros corredores de gran clase -el campe¨®n del mundo, Museeuw; el ruso Konishev- han demostrado tanto su gran estado de forma como su capacidad y sus ganas de imponerse en la classicissima.Detr¨¢s de las afirmaciones rinbombantes se encuentran, sin embargo, las cautelas y los hechos. Desde fuera se puede apreciar que la ONCE como conjunto no es la m¨¢quina arrolladora de entonces, cuando fue capaz de desgastarse para llevar de la mano los 285 kil¨®metros previos al ataque decisivo de su l¨ªder en el Poggio. En la Par¨ªs-Niza, ganada tambi¨¦n por Jalabert, han mostrado dificultades y una actitud defensiva ins¨®lita en sus predicamentos. Tambi¨¦n se ha observado que Jalabert no es tampoco el hombre desbordante de energ¨ªa y Potencia que se iba de sus rivales como quer¨ªa y cuando quer¨ªa. Ahora, sus ataques se resuelven en escapada en grupo.

Ambas taras las desmiente Manolo S¨¢iz. "El equipo est¨¢ bien y con capacidad", dice. "Cogeremos la responsabilidad que queramos coger. Y si Jalabert no se, ha ido solo en ning¨²n momento ha sido porque no lo ha querido y porque tampoco hab¨ªa terreno para marcar la diferencia". Pero el director de la ONCE a?ade sus propias cautelas-' "La Mil¨¢n-San Remo no es este a?o nuestro gran objetivo, llevamos tiempo de retraso en la preparaci¨®n".

Pero todos los datos negativos se quedan en nada confrontados con la personalidad de Jalabert. Su categor¨ªa de superclase y su inteligencia natural le permiten imponerse en cualquier terreno sin necesidad de estar al 100% de su forma. Sabe lo que tiene que hacer, c¨®mo y cu¨¢ndo. Sabe tambi¨¦n que la Mil¨¢n-San Remo y ¨¦l forman un matrimonio perfecto. Re cuerda que su ausencia por lesi¨®n en 1996 provoc¨® una carrera abierta y ca¨®tica y un ganador sorpresa, Gabriele Colombo. Todos esperar¨¢n sus movimientos a la hora de entrar en cuchillo en las primeras rampas del Poggio, el mont¨ªculo a cinco kil¨®metros de meta que suele marcar la carrera. En ese momento, los rivales ser¨¢n el ruso Dmitri Konishev (Roslotto) -un especialista en plena forma- que ha afamado su parecido a su nuevo director, el gran Moreno Argentin: capaz de demarrar en rampas secas y marcharse solo Michele Bartoli (MG), la gran esperanza italiana, ya sobrado en el Tour del Mediterr¨¢neo -demarraje en la subida, de m¨¢s del 10% en Marsella y en la Tirreno-Adri¨¢tico- Si se controla al ruso y al local, se formar¨¢, previsiblemente y siempre que entre ONCE, Roslotto, Mapei y MG controlen fugas y ataques locos, un grupo en el que entrar¨ªa tambi¨¦n Johan Museeuw (Mapei) -exhuberante subiendo puertos: un avance m¨¢s a sus 31 a?os-

Si Jalabert y Museeuw, los dos mejores, se fueran solos -Konishev y Bartoli llegar¨ªan agotados al momento clave porque 294 kil¨®metros cansan-, "ganar¨ªa Jalabert", apuesta S¨¢iz con los ojos cerrados. "Si entra alguien m¨¢s en el grupo selecto, la victoria ser¨ªa para Museeuw".

Cualquier otro escenario ser¨ªa sorpresa.