Mis hijos me empujan

Puede que a algunos les sorprendiera el triunfo del Alpitur Cuneo en la Recopa de Europa, A m¨ª, no. Tanto yo como el resto de jugadores del equipo est¨¢bamos convencidos de que eso deb¨ªa ocurrir. Otra cosa nos hubiera descolocado, sorprendido. Tal es nuestro estado de confianza. Sin embargo, a todos nos afect¨® de forma distinta. Para m¨ª, la Recopa fue el t¨ªtulo m¨¢s importante de mi carrera en el voleibol. Y, como es l¨®gico, por mi cabeza pasaron mil sensaciones nuevas y a¨²n no codificadas.Pens¨¦ en mi padre, que falleci¨® el pasado verano y que acudi¨® a la cita cuando gan¨¦ mi primer gran t¨ªtulo en Italia, la Copa Italia. Sent¨ª que esta vez no pudiera compartirlo conmigo, Y tambi¨¦n pens¨¦ en mi esposa y, en mis hijos. Es curioso, con s¨®lo cuatro meses y 10 a?os y ya me llevan a reflexiones que hasta ahora ni se me hab¨ªan pasado por la cabeza. Mi segundo hijo ha llegado en un momento especialmente intenso en mi carrera profesional. Y eso me da qu¨¦ pensar. En ocasiones tengo la sensaci¨®n de que no puedo dedicarles todo el tiempo necesario.Ni a ellos ni a mi esposa. Pero de inmediato me planteo: ?Qu¨¦ esperar¨¢n de m¨ª?.

Y entonces surge una reacci¨®n positiva. No puedo adivinar eso. Pero s¨¦ lo que puedo ofrecerles: puedo dejarles un nombre, un respeto, una trayectoria profesional, una identidad. Un mont¨®n de cosas que les ayudar¨¢n a identificar a su padre y que, tal vez, les ayuden a marcar luego su propio camino.Ellos a¨²n no lo saben, no lo han descubierto todav¨ªa, pero ya me est¨¢n empujando.

Tanto Rafa -mi hijo peque?o- como Raquel -mi hija de 10 a?os-, mi esposa, el resto de la familia y amigos sufren el desgaste que supone poderles dedicar poco tiempo. Pero me apoyan. Saben lo que para m¨ª supone estar ahora en el Cuneo, compitiendo al m¨¢ximo nivel en un deporte que en Espa?a no ha alcanzado la trascendencia que tiene en Italia. S¨ª, te fastidia a veces tener pocos d¨ªas de vacaciones, ir perdiendo los contactos, no tener tiempo para los amigos, decirle a todo el mundo "ll¨¢mame despu¨¦s". A veces la gente lo entiende mal.

Pero los que realmente me quieren, saben que alejarme ahora de todo este mundo ser¨ªa perder la propia Identidad. Toda mi carrera ha sido la persecuci¨®n de un objetivo concreto: jugar entre los mejores y demostrar que pod¨ªa estar a su nivel. Eso fue lo que me llev¨® a Italia, tras la inolvidable experiencia de los JJ OO de Barcelona. Eso me hizo disipar las dudas y los miedos cuando debut¨¦ en la Serie Dos italiana con el Cerde?a. Y, posteriormente, cuando volv¨ª a enfrentarme a las dudas de los dem¨¢s y las inc¨®gnitas personales al entrar en la Serie Uno, junto a algunos de los mejores jugadores mundiales. Esa fuerza interior me llev¨® incluso m¨¢s lejos, a demostrar que un espa?ol pod¨ªa ser el mejor.

Y tal vez por todo lo que me cost¨®, sent¨ª una satisfacci¨®n suplementaria cuando en la final de la Recopa, en Grecia, me distinguieron como el mejor jugador del encuentro. Parece claro, pues, que algunos objetivos est¨¢n cubiertos. Pero me quedan otros y no menos importantes. Estar con la selecci¨®n espa?ola en el Europeo, el Mundial y, sobre todo, en los JJ OO de Sidney, es lo que m¨¢s me ilusiona. Quiero darles a mis hijos otra se?a de mi identidad.