'El Mengele' argentino apartado de la polic¨ªa de Buenos Aires

El comisario m¨¦dico Jorge Berg¨¦s, torturador de detenidos durante la ¨²ltima dictadura militar argentina (1976-1983) y acusado de robar ni?os nacidos en cautiverio, ha sido dado de baja de la polic¨ªa de Buenos Aires. Conocido como El Mengele argentino, por sus pr¨¢cticas similares al m¨¦dico nazi, su expulsi¨®n se efect¨²a en el marco de la depuraci¨®n ordenada por el gobernador de la provincia, Eduardo Duhalde, cuyo primer paso fue la salida forzosa de 50 agentes implicados en pr¨¢cticas corruptas.

El 4 de abril de 1996, Berg¨¦s, de 52 a?os, sufri¨® un ataque que casi le cuesta la vida: dos personas le dispararon e ingres¨® con 20 orificios en un hospital. La fantasmag¨®rica Organizaci¨®n Revolucionaria del Pueblo (ORP) se atribuy¨® el atentado.Protegido siempre por los anteriores mandos de la polic¨ªa bonaerense, recuper¨® su puesto, y los salarios con car¨¢cter retroactivo, despu¨¦s de que la Ley de Obediencia Debida lo sacara de la c¨¢rcel. La C¨¢mara Federal lo conden¨® en 1987 a seis a?os y medio de prisi¨®n en la causa donde tambi¨¦n fueron juzgados y sentenciados el general Ram¨®n Camps y su Estado Mayor.

En 1995, dos jueces pidieron la captura de Berg¨¦s, ginec¨®logo, por apropiaci¨®n de menores durante la dictadura. El m¨¦dico se fug¨®. "Est¨¢ de licencia", dijo el entonces jefe de la polic¨ªa, Pedro Klodczyk. Entre los hechos imputados al ex comisario, a quien las organizaciones de derechos humanos llamaban El Mengele argentino, figuran la adulteraci¨®n con el apellido Iglesias de las actas de nacimiento presentadas en el Registro Civil de la localidad de Quilmes de dos hermanos. Los ni?os eran hijos de un matrimonio secuestrado ese a?o.

Seg¨²n testimonios escuchados ante la Comisi¨®n Nacional sobre Desaparici¨®n de Personas (Conadep), Berg¨¦s particip¨® en sesiones de tortura en un centro de detenci¨®n clandestino conocido como el Pozo de Banfield.

Algunas de las declaraciones, escuchadas por esa comisi¨®n fueron muy duras. Adriana Calvo record¨® su parto en aquella c¨¢rcel: "Una vez que Berg¨¦s me sac¨® la placenta y la tir¨® al piso, mi beba la hab¨ªan apoyado en la mesa. Estaba sucia, lloraba, ten¨ªa fr¨ªo, yo ped¨ªa por favor que me dejaran estar con ella".