Un duelo sin efectos secundarios
El Madrid no conoce la victoria ante el Barcelona esta temporada

Pocas conclusiones se pueden extraer de un duelo tan poco comprometido como el de ayer. Madrid y Barcelona jugaban con red, conscientes de que la derrota no iba a provocar efectos secundarios. Y no los hubo salvo que, dado el resultado, los analistas se empe?en en concluir que Obradovic no puede con Aito (3 derrotas a 0 en esta temporada, 5-1 la pasada campa?a). El Barcelona se permiti¨® una victoria hasta cierto punto c¨®moda y hasta cierto punto psicol¨®gica: Aito reserv¨® a Djordjevic en los minutos finales, para que el Madrid se lo piense la pr¨®xima vez que se encuentren. Como efecto secundario no es demasiado doloroso: Madrid y Bar?a jugaron ayer como si estuvieran vacunados ante una derrota. Es decir, actuaron sin tensi¨®n, sin ganas de resolver algunas cuentas pendientes, sin deseo de cobrarse alguna pieza. Ambos sospechan que la pr¨®xima vez ir¨¢ en serio, as¨ª que se ahorraron ahondar en sus heridas.Puestos a dilucidar un duelo light, ambos se lanzaron al compromiso sin demasiados complejos. No hubo tensi¨®n, a pesar de que un golpe recibido por Bodiroga hacia el final pudiera dar una impresi¨®n err¨®nea. Bodiroga dej¨® la cancha en camilla, un hecho ciertamente extra?o en el baloncesto, pero la acci¨®n que provoc¨® el percance (un tap¨®n un tanto alocado de Karnosivas) fue un acto aislado. Y sin tensi¨®n, el partido result¨® un tr¨¢mite aburrido. El p¨²blico ten¨ªa derecho a presenciar, al menos, una exhibici¨®n, pero ninguno de los dos est¨¢ para esos asuntos.
Y no lo est¨¢n porque el Barcelona no logra estabilizarse aunque siga vivo en dos torneos y a pesar de que Djordjevic haya demostrado estar disponible para ciertas labores de fontaner¨ªa. Pero tampoco est¨¢ fino el Real Madrid, que parece muy seguro cuando no hay sangre y poco fiable cuando sobre la cancha hay algo particularmente importante en juego. El partido reflej¨® algunas de esas dudas y, entre acciones de aut¨¦ntico correcalles, apenas pudieron anotarse otras cosas que no fueran algunas jugadas individuales. Lo que se dice juego de conjunto, poco. Eso, qued¨® aplazado.
Claro est¨¢ que cabr¨ªa presumir que, sin tensi¨®n, el Madrid hiciera valer su te¨®rico mejor juego ofensivo. Craso error: Bodiroga se fue al descanso (37-41) sin anotar una canasta y el siempre extrovertido Arlauckas se pase¨® discretamente por la cancha. El Madrid volvi¨® a evidenciar que le falta direcci¨®n para asuntos mayores direcci¨®n en cancha y direcci¨®n en el banquillo. Laso y Ant¨²nez no logran rentabilizar lo que tienen entre manos y Obradovic no parece sentirse a gusto con ellos. Durante algunas fases del partido, dio la sensaci¨®n de que el Madrid no sabe muy bien a qu¨¦ juega, lo cual es doblemente preocupante en un partido de tr¨¢mite ante un rival se?alado. El p¨²blico tampoco llegaba a comprender c¨®mo Herreros, Bodiroga o tantos otros ingresaban al banquillo coincidiendo con sus mejores momentos de juego. Tampoco es que el Bar?a hiciera un derroche, pero puestos a que le entren dudas sabe que puede contar con Djorjevic cuando sobre el juego de conjunto aparecen excesivas aver¨ªas.
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