Una exposici¨®n rastrea en La Coru?a la gran herencia arquitect¨®nica de Le Corbusier
Se publica el libro 'Viaje al mundo de un creador a trav¨¦s de 25 arquitecturas'
, Al cerrar el siglo y echar cuentas, el balance de Le Corbusier (1887-1965) adquiere una ampl¨ªsima perspectiva. Un grupo de profesores y alumnos de An¨¢lisis Gr¨¢fico de la Arquitectura de la Escuela Superior de La Coru?a viaj¨® durante cinco a?os y por tres continentes en busca de la obra m¨¢s representativa del creador suizo. Sus conclusiones se han concretado en una exposici¨®n y en un libro, Le Corbusier. Viaje al mundo de un creador a trav¨¦s de 25 arquitecturas, que intentan explicar y redescubrir a quien, durante 70 a?os de investigaci¨®n profesional, "ense?¨® a pensar a los arquitectos", en palabras de Pedro de Llano, comisario de la muestra abierta en la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza, de La Coru?a.
Le Corbusier plante¨® en 1914 con el proyecto Dom-ino la arquitectura industrializable. Una construcci¨®n r¨¢pida, tecnol¨®gica y barata basada en un esqueleto de placas de hormig¨®n armado que se cerrar¨ªa con elementos prefabricados: exactamente el mismo esquema que hoy sigue todo peque?o contratista de obras sin m¨¢s conocimientos t¨¦cnicos que los que da la experiencia. Tambi¨¦n dise?os suyos como el sill¨®n Gran Confort, que proliferan en cualquier oficina que se pretenda moderna, datan de hace 70 a?os. "Para nosotros, como arquitectos, Le Corbusier es una obsesi¨®n", reconoce De Llano, "pero para la mayor¨ªa es un nombre m¨ªtico que no dice nada".Esta reflexi¨®n fue la que hizo que el proyecto estrictamente escolar de acercar a los alumnos la obra del ciudadano suizo nacido Charles-?duard Jeanneret se convirtiese en una propuesta global de viaje al planeta Le Corbusier. Los profesores del departamento de An¨¢lisis -De Llano, Pl¨¢cido Lizancos, Antonio Amado, Fernando Fraga, Manel Franco, Xos¨¦ Rosales, Jos¨¦ Ventura y Javier Vizca¨ªno- dedicaron a ese objetivo las vacaciones o los largos puentes del calendario escolar y los fondos que obtuvieron mediante convenios.
Por ejemplo, dibujar la planta de la catedral de Tui (Pontevedra) les proporcion¨® el dinero para el viaje a la India. All¨ª, a principios de los cincuenta, Le Corbusier dise?¨® y construy¨® parcialmente toda una ciudad, Chandigarh, la capital para el Punjab despu¨¦s de la partici¨®n de la India. "Tuvimos que viajar en aviones de h¨¦lice y en vagones de tren para el ganado. Las contiendas que contin¨²an desde entonces hacen que sea una obra poco conocida y peor estudiada, hasta el punto que las autoridades punjab¨ªes organizaron una asamblea para conocer el punto de vista occidental de c¨®mo seguir construyendo la ciudad", recuerda Jos¨¦ Ventura.
En otros viajes, la aventura fue de otro tipo. Seis autobuses repletos de estudiantes "persiguiendo a Le Corbusier por Francia y Suiza, con sorpresas como que su edificio m¨¢s emblem¨¢tico, la Villa Savoye, lleg¨® a ser un establo y ahora s¨®lo est¨¢ medianamente rehabilitado. Tambi¨¦n sucede lo contrario: el p¨¢rroco de su famosa iglesia de Ronchamp o los dominicos del convento de La Tourette est¨¢n orgullos¨ªsimos de las construcciones", dice Javier Vizca¨ªno. Los estudiantes analizaron las obras, redibujando y digitalizando los planos (s¨®lo se conservan los originales del autor, pero no el proceso de construcci¨®n, ni los que explican los edificios) y los repordujeron en maquetas y fotograf¨ªas. El resultado de esos cinco a?os, el an¨¢lisis exhaustivo de esas 25 arquitecturas y de su muy diferente contexto -del Punjab a Boston-, enriquecido con fotos y v¨ªdeos cedidos por la Fundaci¨®n Le Corbusier, configuran la exposici¨®n y el libro patrocinados por la Fundaci¨®n Barri¨¦.
Le Corbusier encarna para el gran p¨²blico el urbanismo teoricista, funcional y deshumanizado que preside la mayor parte de nuestras ciudades. Para los creadores de la exposici¨®n, ¨¦sa es otra falsa imagen que soporta el mito de Le Corbusier. "D¨¦cadas de ep¨ªgonos, de gente que ha construido los pol¨ªgonos que rodean las ciudades copiando formalmente sus obras, se han encargado de destruirlo. Una arquitectura experimental repetida de memoria est¨¢ condenada al fracaso", afirma Pl¨¢cido Lizancos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.