El Betis gana con una patada al "fair play"
El equipo de Serra se impone con dificultades al Celta en la ida de semifinales
En el f¨²tbol brit¨¢nico, lo habr¨ªan repudiado. El Celta envi¨® el bal¨®n fuera para que atendieran a un lesionado. El Betis no cumpli¨® con la cortes¨ªa -est¨¢ claro que la estela del presidente es muy alargada- y en lugar de devolver el esf¨¦rico, el croata Bjeli?a aprovech¨® para marcar en una lid no muy deportiva. El manque pierda ya muri¨®. Pero no es ¨¦sta la mejor manera de enterrarlo. El gol subi¨® al marcador, pero hab¨ªan infringido una ley no escrita, un pacto de caballeros.Como en su enfrentamiento liguero, el Betis arranc¨® fort¨ªsimo. En esta ocasi¨®n, por imperativo categ¨®rico. En esos minutos iniciales goz¨® de dos ocasiones en los pies de Kowalczyk y de Ol¨ªas. La misi¨®n era acosar al Celta y olvidar a Jarni. Como tambi¨¦n ocurriera en la Liga, el Celta fue asent¨¢ndose en el campo. La t¨¢ctica era que no pase el bal¨®n y que corra el tiempo. Un fallo clamoroso de Ure?a propici¨® un nuevo contraataque vigu¨¦s atajado por Jaro. La batalla iba a ser dura. Serra hab¨ªa convertido defensas en centrocampistas y viceversa. Su concepto de f¨²tbol total le daba un resultado parcial. Vistas las flaquezas verdiblancas, tambi¨¦n al Celta le entraron afanes por resolver en la ida. El ataque visitante era peligroso porque la defensa era buena, con un trabajo colosal por parte de Del Solar y Berges.
En el Betis no funcionaba la m¨¢quina., Hab¨ªan fallado Ol¨ªas, Ure?a y hasta Vidakovic, pero Serra ten¨ªa a Roberto R¨ªos sentado en el banquillo. La nostalgia se acrecienta cuando se sufre. Se agigantaba el recuerdo de Jarni, que ocupa tanto sitio en este equipo que su ausencia deja un agujero igualmente grande.
El mensaje era decidir en la ida. El Betis sali¨® con caras nuevas en la segunda parte -R¨ªos y Bjeli?a-, pero el primer disparo con peligro fue otra vez de Revivo. El Betis se hab¨ªa dejado la chispa en la Liga y se encontraba mordiendo el primer hueso de la Copa. El Betis quiso poner fin a una serie de p¨¦rdidas de tiempo producidas por lesiones reales o fingidas. Bjeli?a marcaba cuando los c¨¦lticos esperaban la devoluci¨®n del bal¨®n. Al ¨¢rbitro se le iba el partido de las manos y al Celta de los pies. Mois¨¦s, que todav¨ªa ejerce de Pichichi en Segunda de su etapa en el Legan¨¦s, fall¨® clamorosamente ante Jaro. Mazinho se parti¨® el alma en unos minutos ¨¦picos. Todo queda para la vuelta.
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