Una madre impugna ante el Supremo el archivo de una demanda de paternidad contra un magistrado

Concepci¨®n Coito, de 37 a?os, que demand¨® en 1994 al magistrado canario Fernando de Lorenzo, de 52 a?os, como padre de su hijo de cinco a?os, ha impugnado ante el Supremo la paralizaci¨®n de su demanda. El juez que la tramitaba decidi¨® archivarla, una vez que la prueba biol¨®gica de paternidad result¨® positiva. Hace unas semanas, la Audiencia Provincial de Las Palmas confirm¨® el archivo, siguiendo el criterio del demandado. Coito pide al Supremo que anule tales resoluciones y estime su demanda de paternidad.El origen de la demanda fue, seg¨²n Coito, su convivencia con De Lorenzo durante tres a?os en Las Palmas, entre 1988 y 1991, como consecuencia de la cual qued¨® embarazada y el 28 de julio, tras la ruptura sentimental, dio a luz en Madrid al hijo de ambos. En cambio, De Lorenzo asegura haber sufrido "una especie de persecuci¨®n" por parte de "una se?ora con la que mantuve una relaci¨®n circunstancial".

El letrado Francisco Mart¨ªn del R¨ªo, abogado de Coito, propuso en marzo de 1993, por carta, una soluci¨®n amistosa a De Lorenzo, para evitar acudir a los tribunales. El letrado F¨¦lix Parra, en nombre del magistrado, contest¨® que su cliente consider¨® "increible" la pretensi¨®n de la madre y advirti¨® que ten¨ªa "una precaria situaci¨®n econ¨®mica", a fin de disuadirle de "intentar un posible affaire econ¨®mico".

Coito consider¨® "indignante" la respuesta y, a trav¨¦s de su abogado, dio por "agotada la v¨ªa amistosa". A finales de 1994 present¨® la demanda, que correspondi¨® al juez de primera instancia de Las Palmas Juan Francisco Martel Rivero.

Ambas partes acordaron suspender su tramitaci¨®n para efectuar en Madrid las pruebas biol¨®gicas de investigaci¨®n de la paternidad. Una vez realizadas, con resultado positivo, el magistrado De Lorenzo no se avino a la demanda, sino que, paralelamente y al margen del proceso, inici¨® un expediente de reconocimiento de su paternidad y aleg¨® que la reclamaci¨®n judicial carec¨ªa ya de contenido.

El demandado convence

El juez Martel atendi¨® esta alegaci¨®n y archiv¨® el caso. En enero de 1997, otros tres magistrados de la Audiencia Provincial de Las Palmas confirmaron el archivo de la demanda, convencidos por el demandado de que la reclamaci¨®n quedaba sin objeto. En cuanto a la actitud de Coito, representante legal del menor, de no dar su consentimiento al intento de reconocimiento extraprocesal, la audiencia cree que "resulta incomprensible y no puede determinar la continuaci¨®n del proceso".Coito ha presentado recurso de casaci¨®n ante la Sala Primera de lo Civil del Tribunal Supremo, que el 5 de marzo la admiti¨® a tr¨¢mite. En el recurso, de 38 folios, el letrado Mart¨ªn del R¨ªo manifiesta que "no es cierto que la hoy recurrente, y consecuentemente el menor, haya conseguido satisfacci¨®n extraprocesal alguna". Aporta un certificado del Registro Civil seg¨²n el cual el hijo de Coito sigue teniendo s¨®lo los apellidos de la madre.

El recurso argumenta que, con los reproches que la Audiencia de Las Palmas hace a Coito por no colaborar con el demandado a eludir el proceso judicial, "le est¨¢ obligando a renunciar a un procedimiento judicial predeterminado, con derecho a obtener una resoluci¨®n justa y expresa de la paternidad del menor reclamada ( ... ), por el solo capricho de que el demandado lo haya eludido".

En consecuencia, Coito pide al Supremo que anule la resoluci¨®n recurrida y, por econom¨ªa procesal, dicte sentencia que estime la paternidad reclamada.