Publicados en castellano los epitafios de Miguel Angel
La serie completa de los Epitafios de Miguel ?ngel Buonarroti acaba de aparecer publicada en castellano en versi¨®n de Claudio del Moral, profesor de la universidad italiana de Ferrara. La iniciativa ha partido de DVD Ediciones y con ella pretende dar a conocer el sentido m¨¢s amplio posible de esta obra que el artista toscano escribi¨® tras la muerte en 1544, en plenitud de su juventud y de su belleza, del adolescente de 15 a?os Francesco Bracci.El libro est¨¢ compuesto por un total de 48 cuartetos -que es la estrofa que, seg¨²n Plat¨®n, deb¨ªa bastar para recordar a un difunto-, un madrigal y un soneto y fueron enviados uno a uno seg¨²n iban siendo escritos a Luigi del Riccio, t¨ªo y tutor de Bracci. ?ste fue quien promovi¨® la iniciativa de encargar a varios poetas amigos de la familia la composici¨®n de una corona f¨²nebre en versos de posible publicaci¨®n, que sirviera de homenaje y recuerdo de su pariente, decisi¨®n que Del Riccio tom¨® en el mismo instante de la muerte del adolescente, tambi¨¦n conocido con el sobrenombre de Cecchino.
Claudio del Moral, amigo del poeta Jaime Gil de Biedma, una de las dos personas a quien dedica el libro, explica que los Epitafios de Miguel Angel funden "las palabras, los conceptos y la fe de acordadas tradiciones creyentes". De ¨¦stas s¨¦ desprende que la presencia del alma o demone, g¨¦nero de ser por donde se produce todo comercio y todo di¨¢logo entre los dioses y los hombres a juicio de Plat¨®n, se hac¨ªa visible en la persona por medio de la belleza e infund¨ªa irremediablemente amor. As¨ª, la muerte significaba la liberaci¨®n del alma de la materia mortal retornando al cielo, y con ella la. belleza, su estado exclusivo de divinidad.
La principal funci¨®n del epitafio ha sido siempre esencialmente identificadora, lo cual explica que en su estructura se asienten un nombre, una fecha de muerte, una edad y, a veces, incluso un oficio, destacando la presencia in memoriam de la identidad personal del fallecido. Las cuestiones de contenido quedar¨¢n a merced de los hombres y de las ¨¦pocas.
Babelia
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