Acusado de "corrupci¨®n pasiva" el ex l¨ªder de los socialistas belgas
B¨¦lgica prosigue su calvario. Los trabajadores del autom¨®vil y la siderurgia cortan v¨ªas de tren y carreteras. Cunde la alarma al hallarse unos huesos de perro junto a la gasolinera del pederasta y asesino Patrick Derochette La polic¨ªa sigue el rastro de un maniaco descuartizador y est¨¢ a punto de descubrir el cuerpo. de una sexta ni?a desaparecida. Mientras todo esto ocurre, el partido socialista franc¨®fono se pulveriza: ayer le toc¨®, al hist¨®rico Guy Spitaels, acusado de "corrupci¨®n pasiva" en el caso Dassault.Ya nada sorprende a los belgas. Y menos que nada la inculpaci¨®n, ayer, de una de las vacas sagradas del socialismo franc¨®fono, el poderoso Guy Spitaels. Ex ministro de Estado, ex presidente del Parlamento franc¨®fono, presidente del partido entre 1981 y 1992, desde hace a?os le persigue la sombra de los casos Agustay Dassault. En ambos, los socialistas tienen que responder de las acusaciones de haber cobrado comisiones ilegales. El primero hundi¨® ya en 1993 al entonces secretario general de la OTAN, el socialista flamenco Willy Claes. El segundo puede enterrar pol¨ªticamente a Spitaels, inculpado ayer de "corrupci¨®n pasiva": enterado del pago de comisiones, no lo impidi¨®.
Fiel a su fr¨ªa distancia, Spitaels no ha hecho declaraciones. Se ha limitado a hacer p¨²blico un comunicado en el que apenas se ocupa de matizar las acusaciones: "Jam¨¢s, en ning¨²n momento de mi carrera pol¨ªtica, ministerial, presidencial o local, he subordinado una decisi¨®n de adjudicaci¨®n de un mercado al cobro de donaciones". La inculpaci¨®n contra Spitaels, que no puede ser detenido sin la previa autorizaci¨®n del Parlamento, apenas ha causado sorpresa en B¨¦lgica.
Sondeos desfavorables
Los sondeos indican ya que los socialistas acabar¨¢n desapareciendo del Gobierno federal. Los liberales, primer partido ya en Bruselas, superan en intenci¨®n de voto a los socialistas en su gran basti¨®n: la regi¨®n valona.Los valones son los paganos de la crisis que vive el pa¨ªs. A la desaz¨®n por las muertes de los ni?os se une el crudo declive econ¨®mico. Su fe en la pol¨ªtica y en la justicia empieza a estar por lo s suelos. Como los camiones de la polic¨ªa belga, volcados el jueves por un tractor oruga manejado por trabajadores de las Forjas de Clabeq, una sider¨²rgica valona abocada al cierre. "Los trabajadores de Renault cortaron las v¨ªas del tren. y no pas¨® nada. Nosotros queremos cortar la autopista y viene la polic¨ªa", se lamentaba despu¨¦s el l¨ªder sindical de estos trabajadores. Ni por asomo se le ocurr¨ªa pensar que no tuvieran raz¨®n los suyos.
Los belgas creen cada vez menos en sus instituciones. Lo que les une es casi una man¨ªa nacional: no falta semana sin una marcha blanca que recuerda a los ni?os desaparecidos. Mientras la cuota de los pol¨ªticos baja, la de los padres de estos ni?os sigue subiendo. Quiz¨¢ tanto como los liberales en las encuestas.
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