Brasil cambia la ley para meter en la c¨¢rcel a los polic¨ªas torturadores
En medio de manifestaciones callejeras contra la violencia policial y bajo una lluvia de denuncias de violaciones de los derechos humanos, el.Senado brasile?o sancion¨® el jueves la ley que tipifica el delito de tortura, sujeto a la jurisdicci¨®n civil y con pena m¨¢xima de 16 a?os de c¨¢rcel. El texto define la tortura como cualquier "acto de violencia practicado contra una persona por agente p¨²blico o privado, para obtener informaci¨®n, delaci¨®n, testimonio o confesi¨®n".La legislaci¨®n vigente ha servido para facilitar la impunidad de los torturadores, que hasta ahora s¨®lo pod¨ªan ser procesa dos por la justicia militar y acusados a penas de un a?o.
En la ciudad de Diadema, en el cintur¨®n industrial de S?o Paulo -donde un grupo de polic¨ªas perpetr¨® las atrocidades que fueron grabadas y luego difundidas por la mayor red nacional de televisi¨®n- la poblaci¨®n parece haber perdido el miedo a las represalias y llueven las denuncias de abusos policiales.
El jueves, un grupo de unas 500 personas se congreg¨® ante el cuartel de la polic¨ªa militarizada de. Diadema gritando . "?Asesinos!" y "?A lincharlos!". El.fiscall Luis Carlos Blat, que investiga los abusos policiales en esa ciudad, dijo que el n¨²mero denuncias contra los polic¨ªas ha aumentado considerablemente los ¨²ltimos d¨ªas. Blat asegur¨® que va a pedir la reapertura de todas las investigaciones, de homicidios y matanzas presuntamente cometidos por polic¨ªas. Adem¨¢s de los 10 agentes denunciados en la televisi¨®n, han sido detenidos otros 11 polic¨ªas.
Mientras tanto, en las favelas de R¨ªo de Janeiro el clima es otro. El miedo a la polic¨ªa todav¨ªa se sobrepone a la indignaci¨®n y sigue constituyendo el mayor factor de impunidad de los asesinos uniformados. El martes pasado un polic¨ªa lleg¨® a la favela de Cerro Cor¨¢ exigiendo a los pobladores el equivalente a unas 35,000 pesetas- "Si no me dais el dinero enseguida, voy a matar al primero que pase por aqu¨ª", amenaz¨®. Diez minutos m¨¢s tarde, el agente descerraj¨® un tiro en la cabeza a un joven de 22 a?os que volv¨ªa de su trabajo.
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