A caballazos
Una de dos: o el rejoneo tambi¨¦n est¨¢ en decadencia o los caballeros de ayer eran s¨®lo eso, hombres a caballo y pare usted de contar.La mayor parte del festejo fue un tost¨®n poco soportable; y lo curioso es que los toros demostraron casta, fijeza y recorrido, es decir, animales c¨®modos para el triunfo de quienes, desde una atalaya defensiva, plantean una lucha desigual. ?D¨®nde estuvo el fallo, entonces? En los llamados rejoneadores, que mejor se podr¨ªan dedicar a las carreras h¨ªpicas en lugar de perder el tiempo en destrozar por abatimiento a nobles animales que nacieron para m¨¢s altos destinos, Cu¨¢ntas carreras sin sentido, cu¨¢ntas pasadas en falso, cu¨¢ntos rejones y banderillas clavados a la grupa, y cu¨¢nta caricatura de toreo a caballo...
Albarr¨¢n / Cuatro rejoneadores
Toros despuntados para rejones de Luis Albarr¨¢n, bien presentados, bravos y con recorrido.Antonio Ignacio Vargas: silencio. Joao Moura: vuelta. Luis Valdenebro: vuelta. Antonio Correas: oreja. Por colleras: Vargas y Correas, silencio; Moura y Valdenebro, ovaci¨®n. Plaza de la Maestranza, 6 de abril. 2? festejo de abono. M¨¢s de media entrada.
Mientras tanto, el p¨²blico asiste aburrido a un espect¨¢culo de caballazos por doquier que alcanza su punto culminante a la hora de matar: los aficionados se santiguan y que sea lo que Dios quiera; generalmente, en contra del criterio divino, aquello se convierte en una carnicer¨ªa. Pero como hay gente para todo, algunos incluso aplauden despu¨¦s de espect¨¢culo tan lamentable.
Se salv¨® de la quema Correas, el ¨²nico capaz de crear emoci¨®n en una labor medida. Brill¨® especialmente con las banderillas y cort¨® una oreja despu¨¦s de matar con rapidez. No es que fuera una actuaci¨®n redonda, pero s¨ª brillante en comparaci¨®n con las dem¨¢s.
Al portugu¨¦s Moura le sobra conocimiento o le falta toro. Su experiencia le juega la mala pasada de la frialdad. Ejecuta el quiebro con maestr¨ªa, pero lo hace todo tan f¨¢cil que dice muy poco y, a veces, no dice nada. Quiz¨¢ su actuaci¨®n fue la m¨¢s ortodoxa, pero poco vibrante. Quiz¨¢ es que tuvo un mal d¨ªa, todo puede ser.
Valdenebro torea todos los a?os llueva o ventee. Ni destaca ni sorprende porque su puesto lo tiene fijo. Es profesional y se empe?a en hacer las cosas bien. Clava con regularidad, pero sin belleza. Y Vargas ya no disfruta de su ¨¦poca de esplendor, si es que alguna vez disfrut¨® de ella. Le toc¨® un toro de bandera y lo desaprovech¨® de pint¨®n a rabo. Por colleras, dos contra uno, todos brillaron a m¨¢s altura. Tampoco era tan dif¨ªcil tras el desastre vivido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.