Luis Miguel Alonso, luchador incansable por los derechos humanos
En la ma?ana de ayer, 7 de abril de 1997, ha muerto Luis Miguel Alonso Andi¨®n, a los 43 a?os, v¨ªctima de una larga y dolorosa enfermedad que no consigui¨®, sin embargo, hacerle abandonar hasta casi el ¨²ltimo momento de su vida la lucha por los derechos humanos.Militante de izquierdas en su primera juventud, pronto volc¨® sus energ¨ªas en la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos (APDH), de la que fue secretario general durante muchos a?os y en la que se ocupaba actualmente del departamento internacional.
Seguramente no ha habido conflicto, fuera y dentro de nuestro pa¨ªs, para los derechos humanos en los ¨²ltimos 20 a?os, tiempo de vida de la APDH, que haya sido ajeno a Luis Miguel. Como activista de base o como miembro de su junta directiva, nunca se dej¨® de ver su presencia en las numerosas penurias que las libertades y los derechos fundamentales han padecido durante la transici¨®n a la democracia, como en lo que se supone es la democracia alcanzada.
Denuncias de torturas y malos tratos, acciones judiciales contra cr¨ªmenes y genocidios, defensa de la libertad de expresi¨®n, solidaridad con maltratados y marginados, vigilancia de establecimientos penitenciarios, apoyo a objetores de conciencia, han sido temas permanentes de la APDH que han contado siempre con la presencia y la firma de Luis Miguel.
Pero la solidaridad intemacional ha sido su bandera m¨¢s permanente y profunda. Enamorado de Am¨¦rica Latina, viajero infatigable por Per¨², Guatemala, M¨¦xico y otros pa¨ªses, era su voz destacada en la asociaci¨®n. Hace todav¨ªa pocos meses, con el ¨²ltimo envite de su enfermedad ya encima, form¨® parte de un peque?o equipo de la APDH que recorri¨® el Kurdist¨¢n en pleno conflicto, con no pocos riesgos, para recoger material audiovisual sobre el genocidio del pueblo kurdo a manos de Turqu¨ªa.
Sin Luis Miguel Alonso, luchador tenaz por sus convicciones, polemista incansable, hombre incapaz de ning¨²n fingimiento, la defensa de los derechos humanos sufre una p¨¦rdida irreparable, pero su recuerdo nunca se perder¨¢ para los que compartimos su lucha y somos sus amigos- , vicepresidente de la APDH.
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