Carmen Lomana, memorias de una ¡®socialit¨¦¡¯: ¡°Ser pijo es fant¨¢stico¡±
La colaboradora de televisi¨®n y radio publica ¡®Pasi¨®n por la vida¡¯, un libro en el que narra su metamorfosis de rica burguesa en el anonimato a personaje medi¨¢tico y s¨ªmbolo de toda una clase social. ¡°Yo soy fr¨ªvola, pero no soy superficial¡±, aclara
Carmen Lomana (Le¨®n, 76 a?os) vive en un piso de medio millar de metros cuadrados en la calle Fortuny, en el madrile?o barrio de Chamber¨ª. Pero prefiere que la entrevista se desarrolle en el hotel Santo Mauro, a pocas calles de su apartamento. ¡°Esta es mi segunda casa¡±, dice, sent¨¢ndose bien erguida en un mullido sof¨¢. Lomana, definida por la prensa del coraz¨®n como socialit¨¦ ¨Dt¨¦rmino que lo dice todo y no significa nada¨D, suele celebrar sus fiestas y reuniones en este hotel. Tambi¨¦n vivi¨® aqu¨ª durante cuatro meses cuando una de sus vecinas, una millonaria coleccionista cubana de fama internacional, le inund¨® su casa. ¡°Entr¨¦ al hotel llorando, con mis chaneles flotando en el vestidor, y sal¨ª llorando porque no me quer¨ªa ir¡±, reconoce, mientras se atusa su melena, rubia y perfecta. ¡°La ropa nos desnuda¡±, asegura. Lleva un vestido blanco tipo Chanel con detalles de tweed ¨D¡°no es de marca, est¨¢ hecho a medida para m¨ª¡±¨D, un abrigo de piel ¨D¡°martas cibelinas, divinas¡±¨D y un bolso de Prada.
El pr¨®ximo 29 de enero, Lomana publica sus memorias, Pasi¨®n por la vida (La esfera de los libros). El libro es un viaje desde su infancia acomodada entre Le¨®n, Bilbao y Valencia ¨Dhija de un ejecutivo del banco Santander, cuenta que cuando ten¨ªa cinco a?os tuvo su primer abrigo de piel de la casa Tapbioles y Pirretas¨D hasta su salto a la fama en 2008, en plena crisis econ¨®mica, cuando dijo en televisi¨®n que sus amigos ricos no ten¨ªan ¡°cash¡± ni para ir al supermercado. ¡°El pobre de siempre, que ha estado pidiendo, est¨¢ acostumbrado. Lo peor son las personas que viven bien y de repente se encuentran que les embargan la casa, que no tienen paro¡±, reflexion¨® en un cap¨ªtulo de Comando Actualidad. Su intervenci¨®n se hizo viral en las nacientes redes sociales. ¡°No me supieron entender¡±, lamenta 17 a?os despu¨¦s.
Desde entonces, es un personaje omnipresente en los medios. En cada una de sus apariciones interpreta magistralmente el papel de pija. En eso es la number one, con perd¨®n de Tamara Falc¨®. ¡°A Tamara le faltan tres hervores, no uno¡±, sentencia con esa voz pausada tan suya, tan inconfundible como inimitable. ¡°Ser pijo es fant¨¢stico. Aunque no s¨¦ qu¨¦ es. Seg¨²n el Diccionario de la Real Academia, pijo es una persona limpia, correcta, que se viste bien, que es educada¡ ?T¨² eres un pijo! O lo pareces¡±, exclama durante la conversaci¨®n con EL PA?S con esa rotundidad que unos aman y otros odian. ¡°La gente me quiere porque digo lo que pienso. No hay otro personaje como yo¡±.
En realidad, seg¨²n la RAE, pijo es una persona que en su vestuario, modales y lenguaje manifiesta afectadamente gustos propios de una clase social adinerada. La vida que narra Lomana en sus memorias es muy pija. Naci¨® el 1 de agosto de 1948 y se crio entre algodones, entre casas indianas, tutores y viajes a Biarritz y San Juan de Luz. En el libro cuenta que de jovencita los chicos la llamaban ¡°la promesa¡±. ¡°Me pusieron ese mote porque pensaban que si con 13 a?os estaba as¨ª¡ ?c¨®mo iba a estar con 18?¡±. Tambi¨¦n cuenta que a su puesta de largo asistieron Orson Welles, Antonio Ord¨®?ez, Lola Flores y Luis Aguil¨¦; que perdi¨® la virginidad en la parte trasera de un coche; y que, en 1972, sus padres la mandaron a Londres para perfeccionar su ingl¨¦s. All¨ª, en un club de jazz, conoci¨® a su marido, Guillermo Capdevila, un dise?ador industrial chileno prometedor y adinerado, un disc¨ªpulo de Gui Bonsiepe que hab¨ªa trabajado para el Gobierno de Salvador Allende.
¡°Guillermo era de izquierdas y tuvo que escapar de Chile despu¨¦s del golpe de Pinochet. ?ramos la ant¨ªtesis. No ten¨ªamos nada que ver. Pero me enamor¨¦. Cuando lo conoc¨ª, le cont¨¦ una cantidad de tonter¨ªas, haci¨¦ndome la progre. Hasta que me pregunt¨® por Franco y le respond¨ª que Franco me parec¨ªa fenomenal. Claro, nosotros, mi familia, nunca hab¨ªamos tenido un problema con Franco¡±, recuerda.
Puede parecer de derechas y hablar como alguien de derechas, pero sostiene que no lo es. ¡°?C¨®mo voy a ser de derechas? Yo vot¨¦ a Felipe Gonz¨¢lez la primera vez que gan¨®. Soy una persona liberal, que voto lo que creo que le conviene a mi pa¨ªs en cada momento. Soy abierta, tolerante, nada sectaria. Antes, la izquierda era as¨ª, aunque creo que ahora son los m¨¢s intolerantes del mundo. En esa izquierda progresista, culta, que todos so?¨¢bamos, se ha metido la izquierda podemita, rabiosa, que solo quiere enfrentar a todo el mundo. Esa izquierda no me gusta¡±, dice indignada. Sin embargo, es amiga de Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos, al que ha invitado en alguna ocasi¨®n a su tradicional rosc¨®n de Reyes. ¡°Soy amiga de la gente que me cae bien y que pienso que es buena. No soy intolerante¡±, insiste.
La Lomana real, la de carne y hueso, se cas¨® con Guillermo Capdevila y disfrut¨® durante varias d¨¦cadas del discreto encanto de la burgues¨ªa en San Sebasti¨¢n. Viv¨ªa en una casa se?orial llamada Tellagorri, viajaba por el mundo con su rico esposo y regenteaba una exitosa tienda de ropa llamada Lomana Moda. La boutique surt¨ªa de prendas de Christian Lacroix, Armani, Jes¨²s del Pozo, Manuel Pi?a y otras firmas de lujo a las se?oras finas de la ciudad. ¡°Siempre me gust¨® el lujo. Desde los cinco a?os, cuando se me meti¨® en la cabeza que quer¨ªa ese abrigo de piel de Tapbioles y Pirretas. Hoy, para m¨ª el lujo es el silencio, el espacio, hacer lo que me da gana¡ Y no tener miedo a hablar¡±.
La Lomana irreal, la divina, el personaje medi¨¢tico y lenguaraz, empez¨® a gestarse en enero de 1999, despu¨¦s de que su marido perdiera la vida en un fatal accidente de tr¨¢fico. ¡°Ah¨ª empec¨¦, sin saberlo, el viaje a esta Carmen actual¡±, reconoce en sus memorias. En 2005 vendi¨® Tellagorri con todo dentro y se instal¨® en el piso de la calle Fortuny, centro neur¨¢lgico del pijer¨ªo madrile?o. ¡°Madrid no me gustaba nada, me parec¨ªa una ciudad antigua, con gente muy rancia y carca¡ Estaba rodeada de esa derecha de La escopeta nacional. Pero aqu¨ª no pensaba en Guillermo¡±, recuerda.
Tras la muerte de su marido, sufri¨® depresi¨®n. Necesit¨® ayuda profesional para salir del agujero. Un d¨ªa logr¨® reunir fuerzas y sali¨® de fiesta. Nunca m¨¢s par¨®. ¡°Por eso cog¨ª esta fama de fiestera. Me importaba todo un comino. Yo solo quer¨ªa salir y divertirme¡±. Su presencia no pas¨® inadvertida en esa Madrid ¡°rancia y carca¡±. Muchos se?ores le hablaban. ¡°Especialmente los guapos¡±. Con las mujeres, fue otra historia. ¡°Si yo hubiera sido un hombre, me habr¨ªan recibido muy bien. Pero como era mujer, viuda y con dinero, me recibieron a matar. Me calumniaron, inventaron cosas¡ No quiero dar nombres, pero ellas ya saben qui¨¦nes son¡±, dice enigm¨¢ticamente. ¡°Espa?a es un pa¨ªs de envidiosos. En Espa?a se alegran si te has ca¨ªdo y te has roto un tobillo o si te has arruinado. Pero tengo maravillosas amigas que me han acogido muy bien¡±. La marquesa de San Eduardo, una de las mejor anfitrionas de la capital, fue una de sus valedoras.
No es oro todo lo que reluce, menos en barrios acomodados como Salamanca y Chamber¨ª. ¡°Hay mucha gente estupenda que no tiene d¨®nde caerse muerta. Y hay mucho nuevo rico sin educaci¨®n¡±, se?ala. ¡°Hay una nueva generaci¨®n de millonarios que me da grima y me espanta. El dinero deber¨ªa estar en manos de personas con sensibilidad, en manos de personas que ayuden a los dem¨¢s, que se preocupen por la cultura y la educaci¨®n y no tanto por los logotipos y los Ferrari¡±.
Madrid ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. Ahora la capital est¨¢ invadida de ricos latinoamericanos, como esa vecina de Lomana que, en plena reforma de su apartamento, rompi¨® una tuber¨ªa e inund¨® la casa de la socialit¨¦. ¡°Esa era una rica sin sensibilidad. Un claro ejemplo de persona con dinero, pero sin clase ni educaci¨®n. Se carg¨® un piso maravilloso y ni se disculp¨®¡±. ?Sigue siendo vecina suya? ¡°No, se tuvo que ir porque le hicimos bullying. Ni la salud¨¢bamos en el ascensor¡±, responde. ¡°Pero vendi¨® el piso divinamente, creo que por 12 millones de euros. Ahora, arriba viven unos mexicanos¡±, contin¨²a, bajando un poco la voz.
Carmen Lomana duerme tranquila sobre un mullido colch¨®n. Le han ofrecido muchas veces comprarle su piso de Fortuny, pero dice que no lo vende ¡°ni loca¡±. En sus salones recibe a sus amigos de la far¨¢ndula y en la cocina merienda, por ejemplo, con Isabel D¨ªaz Ayuso. ¡°Somos amigas. La quiero mucho a Isabel¡±. Dice que hablan de cosas de chicas y que le hizo un plan de alimentaci¨®n y vitaminas que, seg¨²n ella, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha llevado a cabo con ¡°notables resultados¡±. ¡°No viene a casa a hablar de pol¨ªtica, aunque a veces yo le digo lo que me gusta y lo que no. Ya le dije que no me gusta su novio. Eso le sent¨® fatal¡±.
A Lomana le sienta fatal cuando le preguntan si se ha hecho un lifting. ¡°Nunca me he hecho uno. No tengo tiempo para eso¡±, responde. Los lunes y los mi¨¦rcoles los dedica a su faceta de influencer, generando contenidos remunerados. Los martes va a Las ma?anas de Kiss FM y a Buenos d¨ªas Madrid en Telemadrid. Los jueves, a Espejo P¨²blico. Los viernes escribe su columna semanal para La raz¨®n. Los s¨¢bados le toca ir a la COPE y TVE. Le encantar¨ªa que la invitaran a La revuelta, el programa de Broncano. ¡°Pero no me quieren. Deben pensar que soy una pija tonta¡±.
¨DBroncano le preguntar¨ªa por el dinero y el sexo.
¨DTengo dinero suficiente para vivir bien. Y he hecho el amor m¨¢s veces que ¨¦l en toda su vida.
¨D?La ¨²ltima vez?
¨DEstas Navidades.
Hace 25 a?os que enviud¨®. Ha tenido varias parejas, pero no ha querido volver a casarse. ¡°No me gusta el compromiso. En eso soy como un hombre¡±, aclara. ¡°Soy muy independiente, el dinero lo genero yo. Aunque si un hombre me gustara mucho, me lo pensar¨ªa. Me gustan mucho los j¨®venes, de entre 47 y 50 a?os. Los de mi edad son muy pesados, no los soporto ni cinco minutos. Est¨¢n muy mayores de mentalidad. Yo necesito a alguien joven, que piense como yo¡±.
En 2023, el pr¨ªncipe Hubertus de Hohenlohe sac¨® una canci¨®n dedicada a ella. La titul¨® Quiero ser famoso como la Lomana. Carmen est¨¢ casada con la fama. Es un matrimonio s¨®lido, feliz y fruct¨ªfero. ¡°Siempre pienso que me queda poco tiempo de fama, que pasar¨¦ de moda. Pero, de repente, me llaman para un nuevo programa, ya sea de radio o televisi¨®n, o para hacer de DJ, o para dar una charla. La cuesti¨®n es que no he vuelto al anonimato¡±, reflexiona en sus memorias.
Uno de los adjetivos que m¨¢s se usan para definirla es ¡°fr¨ªvola¡±. Le tiene sin cuidado. ¡°Si no fuese por la frivolidad, no estar¨ªa viva¡±, admite. ¡°La frivolidad, bien usada, es un arma de inteligencia y nos ayuda a vivir. Yo soy fr¨ªvola, pero no soy superficial. Soy muy controlada. Nunca me he emborrachado, nunca me he drogado¡ Bueno, alguna vez he fumado porros. Y prob¨¦ el opio. Me gust¨® tanto que no quise volver a tomarlo¡±. A ella le basta con la fama.
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