Los expertos llaman a los hispanohablantes a conquistar el ciberespacio
S¨®lo un 2% de las entradas en Internet emplea el castellano, seg¨²n el Cervantes
La Telara?a envolvi¨® la tercera jornada del I Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola que se celebra en Zacatecas (M¨¦xico). Ling¨¹istas, t¨¦cnicos y periodistas que han explorado el universo vertiginoso de Internet lanzaron desde esta ciudad colonial la voz de alarma: hay que dise?ar un plan estrat¨¦gico para poner el espa?ol en el ciberespacio. Se trata de asegurar un ¨¢mbito cultural propio e impedir que nuestro idioma acabe siendo desguazado por las empresas inform¨¢ticas, cuyos manuales y diccionarios est¨¢n imponiendo una terminolog¨ªa bastarda.
Los expertos parten de lo inevitable: Internet, como buena parte de las nuevas tecnolog¨ªas, naci¨® en ingl¨¦s. Pero una cosa es reconocer la preminencia de esta lengua en el ¨¢mbito de las comunicaciones y otra aceptar que el ingl¨¦s se convierta, como advert¨ªa el ling¨¹ista mexicano Luis Fernando Lara, en lengua ¨²nica de la civilizaci¨®n contempor¨¢nea".La tecnolog¨ªa, asegura el ingeniero argentino Daniel Mart¨ªn Mayorga, se ha convertido "en el caballo de Troya" que facilita la penetraci¨®n del ingl¨¦s en el lenguaje cotidiano. El escritor colombiano Alvaro Mutis, que particip¨® en la mesa redonda La dimensi¨®n internacional de la lengua espa?ola, recordaba -precisamente la desaz¨®n que le ha producido leer textos en ese "castellano sometido al v¨¦rtigo de la inform¨¢tica", que es m¨¢s bien "una sarta de anglicismos ligeramente espa?olizados".
Frente a Internet, la comunidad hispanohablante no ha experimentado una reacci¨®n purista, sino todo lo contrario. "Hay una: extendida tendencia a presumir de un habla llena de t¨¦rminos en ingl¨¦s", reconoce Jos¨¦ Antonio Mill¨¢n, fil¨®logo y director del proyecto del Centro Virtual del Instituto Cervantes. "Con la red cada persona se puede convertir en editor, de ah¨ª los problemas de comprensi¨®n a la hora de acceder a bases de datos y de buscar definiciones".
En el problema est¨¢ la soluci¨®n, piensa Mill¨¢n. La red ofrece una estupenda capacidad de comunicaci¨®n para lograr acuerdos que impidan la dispersi¨®n del lenguaje y, sobre todo, la tiran¨ªa que ejercen las empresas inform¨¢ticas.
"Las grandes compa?¨ªas, en especial Microsoft, est¨¢n apostando por una especie de espa?ol neutro para difundir sus productos. Como en Espa?a se dice ordenador y en Am¨¦rica Latina computadora meten PC [Personal Computer, en ingl¨¦s]. Y esto tiene un efecto multiplicador. No es una norma de facto, sino una imposici¨®n comercial", explica Mill¨¢n.
Otra variante del mismo problema son las traducciones autom¨¢ticas y los diccionarios (hasta ahora de sin¨®nimos) que se incluyen en los programas de ordenador. Los t¨¦rminos empleados, dice el especialista que colabora con el Instituto Cervantes, "muchas veces no sirven ni como pista". Y ¨¦ste es uno de los factores que m¨¢s va a incidir en el idioma en el futuro. Una soluci¨®n posible ser¨ªa que las empresas incorporaran a los ordenadores diccionarios consensuados con los ling¨¹istas, que servir¨ªan adem¨¢s como elemento unificador.
La defensa del lenguaje no es la ¨²nica raz¨®n que ha movido a los expertos a pedir la incorporaci¨®n de la comunidad hispanohablante al ciberespacio. Seg¨²n los c¨¢lculos de Jos¨¦ Antonio Mill¨¢n, el 90% de las comunicaciones en Internet se hacen en ingl¨¦s, seguido de un 6% que se reparten el franc¨¦s y el alem¨¢n y de un 2% que utiliza el espa?ol.
"Hay que hacer lo posible por democratizar el acceso a Internet. En la red hay basura, pederastia y crimen, pero tambi¨¦n una reserva de conocimiento y sabidur¨ªa mundial. Para pa¨ªses perif¨¦ricos como 'los nuestros supone una puerta de acceso a los grandes emporios de investigaci¨®n cient¨ªfica y humanista", dijo Mill¨¢n.M¨¢s all¨¢ de esta "postura parasitaria' , concluye Mill¨¢n, "lo deseable ser¨ªa incorporar nuestros conocimientos a la red e ir creando una comunidad de investigaci¨®n y estudio".
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