?Qu¨¦ hemos hecho mal?

Me pregunto qu¨¦ hemos hecho mal. Qu¨¦ ha hecho mal una generaci¨®n de recientes licenciados a la que, con tono paternal y mesi¨¢nico, se le dijo: "Creced y multiplicad las aulas, hijos m¨ªos". Y all¨ª nos precipitamos, en manadas de cien, doscientas almas -cuatrocientas en casos como el de Derecho-, algunas a¨²n en estado virgen. Porque de los universitarios es el reino del futuro profesional, se repiti¨® entonces.Que las universidades no estaban en condiciones para absorber a "tal masa", las facultades mal estructuradas, con los pa?ales colgando y no pocos estudios sacados de la manga por eso de consolidar una Espa?a democr¨¢tica y plural, eso se omiti¨®.

Emerger definitivamente de las profundidades cavernarias pasa por una base de cultura (?universidad igual a cultura?) que nuestros j¨®venes sustentar¨¢n, dec¨ªan ellos a los otros, nuestros padres y profesores, que se agarraron a aquella promesa, qui¨¦n sabe si conscientes de su falacia, para sentir la luz, por fin, ba?¨¢ndoles todo el cuerpo.

Que los de siempre y algunos de los nuevos con vocaci¨®n soterrada ya se hab¨ªan encargado de instituir un sistema m¨¢s r¨¢pido y efectivo de perpetuar a sus cachorros al mando, eso se omiti¨®. Vosotros ser¨¦is la piedra sobre la que edificar¨¦ nuestra casa com¨²n, se repiti¨® entonces, alimentados por el saber, que os har¨¢ libres.

Que no hay mayor c¨¢rcel que la del que conoce y es consciente en su impotencia, condenado a mantener los ojos bien abiertos y el o¨ªdo bien fino ante una funci¨®n m¨¢s de teatro cl¨¢sico, eso se omiti¨®. Superada la pregunta sobre qu¨¦ hicimos mal, si nos enga?aron o fueron ellos los que salieron escaldados, se alza la inmediatez de una respuesta: ?qu¨¦ hacemos ahora?-