El Extremadura sigue su senda de gloria
Navarro Montoya tambi¨¦n mantuvo su porter¨ªa invicta ante un desorganizado Valencia
Contin¨²a la leyenda del Mono Montoya. El guardameta argentino sigue sin encajar un gol en el Francisco de la Hera y el Extremadura suma ya nueve partidos invicto en su terreno de juego. El conjunto azulgrana devolvi¨® al Valencia a un estado de ansiedad, reabriendo la crisis y alej¨¢ndole un poco m¨¢s de la UEFA.Valdano no descubri¨® nada nuevo cuando afirm¨® que el Extremadura juega con hero¨ªsmo. Lo sabe bien Ortuondo, porque es el alquimista que ha provocado la metamorfosis; lo entiende la grada, relajada al margen de cualquier resultado, y lo interpretan los jugadores, conscientes de que hacen historia desde el medio rural. Se debi¨® Valdano preocupar m¨¢s por los suyos, transmitirles ese sentido ¨¦pico que tiene el Extremadura, porque ayer su equipo se mostr¨® quebradizo, desmoralizado y sin luces, recurriendo al patad¨®n a la olla como arma disuasoria para buscar desesperadamente el empate, y la imagen que ofreci¨® fue muy pobre.
Como lectura inicial del encuentro Ortuondo orden¨® estrechar filas en el centro. Basualdo tom¨® los galones de capit¨¢n. El argentino es un jugador experimentado, de esos que absorben balones con desparpajo, los filtra y, limpios de impureza, los coloca en un abrir y cerrar de ojos all¨ª donde le duele al rival. Valdano opuso un centro de campo aparentemente flexible con Karpin de te¨®rico enlace y Moya y Farin¨®s de barrera y punta de arranque por las bandas, encomend¨¢ndole a Jos¨¦ Ignacio la organizaci¨®n del avituallamiento.
La mediana se convirti¨® en un campo de batalla, con la infanter¨ªa local ganando metros a golpes de bayonetas. El Extremadura se movi¨® m¨¢s c¨®modo en esa orograf¨ªa plagada de obst¨¢culos. El Valencia se qued¨® est¨¢tico, sin fluidez, abstra¨ªdo y cabizbajo. Ortega y Leandro cavilaron en plena desorientaci¨®n, sin referentes atr¨¢s y sin un pase decente que llevarse a sus botas. Karpin fue consignatario de entregas que nunca llegaron a destino y por las bandas ni Romero ni Mendieta actuaron de garantes del orden porque Dur¨¦ les rebas¨® una y otra vez.
El Extremadura persever¨® su interpretaci¨®n del juego y hall¨® puertas abiertas con el benepl¨¢cito de un rival desorientado. As¨ª lleg¨® un descosido tras otro en un zafarrancho general del grupo de Ortuondo. Pedro Jos¨¦, Dur¨¦, Silvani y Pineda en dos ocasiones, con poste incluido, sembraron la incertidumbre en los de Valdano que en esos momentos fue un equipo roto y a merced del rival.
Tras el descanso el Valencia sali¨® encorajinado, pero con m¨¢s ardor que cabeza. Sigui¨® desorganizado y ofreciendo muchas facilidades en la zaga. El Extremadura plant¨® dos l¨ªneas de cuatro, apret¨® los dientes y luch¨® por cada bal¨®n hasta la extenuaci¨®n. Frente a la voluntad y orden de los locales el Valencia exhibi¨® un inquietante nerviosismo. Recurri¨® entonces Valdano a Fernando para desengrasar el centro del campo. El Valencia movi¨® el bal¨®n con un poco m¨¢s de sentido pero continu¨® sin precisi¨®n arriba. Ni Ortega -que lanz¨® al larguero en la misma boca de gol- ni Leandro ten¨ªan su noche y el t¨¦cnico argentino tir¨® de VIaovic y L¨®pez en una acci¨®n in¨²til.
Navarro Montoya estuvo en dos ocasiones m¨¢s genial. Una, a disparo de Moya; otra, al arrojarse a los pies del Piojo L¨®pez, que se internaba solo en el cara a cara con el guardameta. Esta claro que el Extremadura es muy diferente al de comienzos de temporada.
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