De ciudad de la ciencia a vertedero radiactivo
El enclave secreto sovi¨¦tico a orillas del B¨¢ltico nada en miles de toneladas de residuos nucleares
Seis a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del r¨¦gimen sovi¨¦tico y de la declaraci¨®n de independencia de Estonia, la ciudad de Sillarn¨¢e, en la costa nororiental de esta peque?a rep¨²blica b¨¢ltica, a¨²n conserva ese aire misterioso que la caracteriz¨® desde su nacimiento. En las afueras de la ciudad, s¨®lo una de las cuatro chimeneas del enorme complejo industrial de Silmet expulsa una espesa masa de humo gris oscuro hacia el p¨¢lido cielo n¨®rdico.En sus sue?os de grandeza Stalin concibi¨® la ciencia como una herramienta al servicio del partido-Estado. Junto al complejo industrial de Sillam?e, distante s¨®lo 150 kil¨®metros de Leningrado / San Petersburgo, prisioneros pol¨ªticos construyeron lo que lleg¨® a ser una ciudad de la ciencia. Hasta aqu¨ª llegaron a trabajar, atra¨ªdos por jugosas prerrogativas, cient¨ªficos de todo el vasto imperio. Como un recuerdo de ese periodo a¨²n domina el parque central de la ciudad la estatua de bronce de un atl¨¦tico hombre sovi¨¦tico sosteniendo un ¨¢tomo sobre su cabeza.
Desde sus inicios, la ciudad y el complejo industrial fueron declarados estrat¨¦gicamente importantes y pasaron a depender del Ministerio de Energ¨ªa At¨®mica. A los cient¨ªficos se les otorgaron excelentes y s¨®lidas casas de dos plantas y los 6.000 trabajadores del complejo industrial ten¨ªan acceso a tiendas surtidas de los mejores productos. La ciudad fue declarada secreta y el paso a los ciudadanos sovi¨¦ticos, para no hablar de los espor¨¢dicos visitantes extranjeros, estrictamente prohibido. Nunca figur¨® en los mapas impresos en la URSS. Por d¨¦cadas, el ¨²nico contacto de la ciudad con el mundo exterior fue a trav¨¦s del apartado postal 22, que estuvo constantemente bajo la lupa del KGB.
Drama ecol¨®gico
Desde el inicio, la producci¨®n del complejo industrial se concentr¨® en componentes para la industria nuclear y, posteriormente, parte de su especializada producci¨®n fue destinada a la industria espacial. No s¨®lo por su importancia estrat¨¦gica, sino tambi¨¦n por el volumen de materiales procesados, Silmet se convirti¨® en uno de los principales centros industriales que trabajaba con productos naturales en Europa.
Hoy el drama ecol¨®gico de enorme magnitud es que una de las materias primas utilizadas por Silmet entre 1946 y 1989 fue uranio procedente de diversas regiones de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Otros materiales t¨®xicos proced¨ªan de Hungr¨ªa y de la entonces RDA. S¨®lo en 1990, y como producto de la perestroika, se pudo saber que el complejo industrial hab¨ªa procesado 40 millones de toneladas por materia prima, gran parte de ella altamente radiactiva.
Los residuos de tan enorme producci¨®n fueron simplemente depositados en una represa artificial en la parte trasera del complejo industrial en primera l¨ªnea de playa sobre el B¨¢ltico y a s¨®lo un kil¨®metro del centro urbano. Los ciudadanos del lugar le llaman a la represa "lago de uranio", y este lago cubre, en la actualidad, una superficie de 33 hect¨¢reas abiertas al cielo. Sus no muy s¨®lidos diques de contenci¨®n se alzan hasta 27 metros de altura. Careciendo de otros medios para reforzar dichos diques, las autoridades locales los refuerzan con trozos de cemento y piedras.
Un estudio de cient¨ªficos finlandeses estima que la represa contiene 12 millones de toneladas de residuos metal¨²rgicos, de las cuales 1.700 toneladas son residuos de uranio, unas mil de thorium y otras tantas de rodium, as¨ª como miles de toneladas de f¨®sforo.
Para la Administraci¨®n de la nueva Estonia independiente, Sillarn?e ha sido una verdadera patata caliente. Hace cuatro meses finalmente apareci¨® un comprador y la f¨¢brica pas¨®, por un precio rid¨ªculo, a manos privadas. Los nuevos propietarios tienen tres a?os para mejorar la represa.
Hasta ahora el Gobierno s¨®lo ha dedicado la modesta suma de 50 millones de pesetas. Seg¨²n el portavoz de Simet, Gunnar Isotamm, el consorcio, en su mayor¨ªa de capitales locales, carece de fondos para llevar a cabo tal tarea, pero est¨¢n en contacto con el programa europeo de rehabilitaci¨®n de las operaciones con uranio (FHARE). El costo de una mejora ambiental ser¨ªa de unos 20.000 millones de pesetas.
La represa contiene un l¨ªquido espeso verde viscoso, que el residuo de los materiales de la f¨¢brica intenta cubrir. Seg¨²n Isotamm, para la ciudad en la actualidad no hay mayor peligro de radiactividad, pero en las cercan¨ªas de la represa ¨¦sta es altamente peligrosa.
Los m¨¢s de 20.000. habitantes de Sillarn¨¢e est¨¢n convencidos de que a la falta de dinero en las arcas del Gobierno se suma una despreocupaci¨®n intencionada. "En 1992 llevamos a cabo una investigaci¨®n con grupos de ni?os y llegamos a la conclusi¨®n de que los cr¨ªos de esta ciudad padecieron una serie de s¨ªntomas hasta ahora desconocidos, como alergias agudas, ca¨ªda del pelo, irritaci¨®n de ojos, etc¨¦tera. Pero el dinero se acab¨® despu¨¦s de la primera investigaci¨®n y no estamos en condiciones de hacer una diagnosis seria", dijo a EL PA?S el doctor VIad¨ªmir Morotvorsev,
concejal del Ayuntamiento de Sillam?e.
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