El n¨²mero de muertos por el incendio en La Meca se eleva ya a 343

Con su caracter¨ªstico recelo, Arabia Saud¨ª administraba ayer con cuentagotas las informaciones m¨¢s b¨¢sicas del pavoroso incendio que el martes arras¨® el campamento de peregrinos musulmanes cerca de La Meca matando a 343 personas, seg¨²n el ¨²ltimo recuento oficial, y poniendo una vez m¨¢s de relieve el lado fat¨ªdico de una de las cinco obligaciones ineludibles del islam. Las autoridades saud¨ªes todav¨ªa no han proporcionado una lista de las v¨ªctimas, en su mayor¨ªa indios, paquistan¨ªes y banglades¨ªes.

La versi¨®n oficial dice que la tarea de identificaci¨®n de cad¨¢veres tropieza con el problema de que todos los peregrinos que perecieron quemados, asfixiados o atropellados por una multitud presa del p¨¢nico iban vestidos de la misma manera, envueltos en s¨¢banas blancas, sin bolsillos para guardar documentos.Pero la validez de ese argumento es relativa: hasta anoche el Gobierno de Riad no hab¨ªa divulgado la identidad de los 1.290 heridos de varias nacionalidades que convalec¨ªan en hospitales de La Meca, muchos de los cuales, se supone, pueden dar su nombre. Fuentes diplom¨¢ticas en la capital saud¨ª estimaban sin embargo que los heridos superan los 2.000. Peor: los investigadores al servicio de la monarqu¨ªa del rey Fahed, ayer no estaban siquiera en condiciones de proporcionar una versi¨®n oficial de las causas de la m¨¢s reciente tragedia del jach, la peregrinaci¨®n isl¨¢mica.

Una cocina de gas

Hab¨ªa por lo tanto que sujetarse al testimonio de los supervivientes y a la versi¨®n un¨¢nimemente respaldada por diplom¨¢ticos destinados en el reino: El incendio que en tres horas consumi¨® cerca de 70.000 tiendas de campa?a erigidas en la gran planicie de Mina fue provocado por una cocina de gas licuado cuyas peque?as llamas fueron magnificadas y diseminadas a gran velocidad por el inesperado ¨ªmpetu de los c¨¢lidos vientos del desierto.

El ¨²nico dato exacto que sal¨ªa de los canales gubernamentales era la "cifra oficial" de muertos. Seg¨²n la emisora oficial Radio Riad, ¨¦sta se elevaba anoche a por lo menos 343. Hasta ese momento, las fuentes saud¨ªes segu¨ªan ofreciendo la cifra de 217 muertos y 1.290 heridos, pero muchos de ¨¦stos han fallecido en los hospitales a causa de las graves quemaduras y las heridas sufridas en la estampida humana que provoc¨® el incendio.

Sin aportar luces, la agencia oficial saud¨ª, SPA, se limit¨® a transmitir las condolencias de Fahed a las familias de Ias v¨ªctimas del incendio". El autoproclamado Guardi¨¢n de los Santos Lugares les ped¨ªa resignaci¨®n y "paciencia en estos momentos tan dif¨ªciles". La gran maquinaria de la corona no proporcion¨® nombres de muertos y heridos para tranquilizar a las familias de los dos millones de musulmanes de todo el mundo admitidos temporalmente y bajo el escrutinio de la lupa real en la enigm¨¢tica Casa de Saud.

Como es parte de la pol¨ªtica reclusiva de Riad impedir el acceso de periodistas extranjeros y no musulmanes, los despachos de reporteros locales daban ayer una visi¨®n fragmentaria de la situaci¨®n en La Meca. "Todos nuestros esfuerzos por obtener una idea de la magnitud del desastre han resultado en vano. El personal de los hospitales se niega a damos informaci¨®n", se lamentaba ayer un diplom¨¢tico asi¨¢tico.

En esa atm¨®sfera de luto, confusi¨®n, incertidumbre y fe religiosa, la peregrinaci¨®n alcanz¨® ayer su z¨¦nit con la multitudinaria procesi¨®n al Monte Arafat. La culminaci¨®n de todos los ritos del jach, que consiste en llegar hasta las faldas de la colina desde donde el profeta Mahoma pronunci¨® su ¨²ltimo serm¨®n hace siete siglos. All¨ª los musulmanes deben arrojar, por lo menos una vez en la vida, piedras en se?al de renuncia al demonio y sus tentaciones.

"Tendremos que volver el pr¨®ximo a?o", dijo un peregimo paquistan¨ª al corresponsal musulm¨¢n de una agencia internacional de noticias despachado apresuradamente desde Bahrein para cubrir la tragedia. "El fuego nos ha dejado sin nada. No hemos podido cumplir apropiadamente con nuestra obligaci¨®n". En Karachi, un funcionario del Ministerio de Exteriores dijo que en las circunstancias actuales es imposible pensar en la repatriaci¨®n de los restos de los peregrinos muertos. "Tendr¨¢n que ser sepultados en Arabia Saud¨ª", declar¨®.