Una exposici¨®n recorre la obra de Broodthaers a trav¨¦s de su cine
Culto, herm¨¦tico y subversivo, Marcel Broodthaers (Bruselas, 1924-1976) es uno de los creadores m¨¢s interesantes de la segunda mitad de este siglo y, por su ascendiente en el reducido c¨ªrculo art¨ªstico de vanguardia, uno de los que m¨¢s han influido en la evoluci¨®n del arte de las ¨²ltimas d¨¦cadas. La complejidad de la obra de Broodthaers, poeta, artista visual y cineasta, se exhibe desde ayer en Barcelona a trav¨¦s de una de sus facetas menos conocidas, el cine. Hasta el 29 de junio, en la Fundaci¨®n T¨¢pies puede verse una retrospectiva de sus trabajos que incluye instalaciones y la proyecci¨®n de una buena parte de su obra f¨ªlmica."El trabajo de Broodthaers es inclasificable", se?al¨® ayer Manel Borja-Villel, director de la fundaci¨®n y comisario de la exposici¨®n junto con Michael Compton. "Su obra es un conjunto de ideas y un conjunto de percepciones", a?adi¨® Compton en un intento de explicar la mezcla de disciplinas y referencias que utilizaba el artista en sus piezas.
El primer libro de poemas que public¨® este artista, admirador de Magritte y de Mallarm¨¦, se titul¨® Proyecto para una pel¨ªcula. Su primera pel¨ªcula, realizada en 1957 en formato de 16 mil¨ªmetros y con una duraci¨®n de siete minutos, se titul¨® Le clef de l'horloge y la subitul¨® Poema cinematogr¨¢fico en honor de Kurt Schwitters. Broodthaers comenz¨® como poeta -sin ¨¦xito: durante ese periodo vivi¨® en la m¨¢s absoluta pobreza-; en 1957 realiz¨® sus primeros filmes -siempre con medios ¨ªnfimos y con materiales dejados o prestados-; en 1964 realiz¨® sus primeros objetos -el primero fue coger todos sus libros de poes¨ªa no vendidos, escayolarlos y convertirlos en un objeto visual-; en 1969 empez¨® un trabajo de corte m¨¢s conceptual consistente en la creaci¨®n de un museo ficticio en el que presentaba sus proyectos, y por ¨²ltimo, en 1972 cierra su museo y comienza a realizar retrospectivas personales de su propia obra.
Los organizadores calculan que se precisan entre cinco y seis horas para poder ver por completo la exposici¨®n.
Babelia
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