Manuel V¨¢zquez Montalban: "La iron¨ªa me ha salvado de la literatura apolog¨¦tica"
El escritor publica 'El escriba sentado', primer volumen de su biograf¨ªa lectora
Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n publica El escriba sentado (Cr¨ªtica), una serie de retratos de los libros y autores que -a partir del azar y el instinto o del deber cultural- le han conmocionado. En esa biograf¨ªa aparece una tensi¨®n entre lo individual y lo colectivo que MVM dice haber cruzado a partir de la iron¨ªa, eficaz salvoconducto para no incurrir en la apolog¨¦tica. La imagen del escriba como siervo ilustrado de la voluntad real le permite al autor encarar la historia de la literatura, escribe, "como un continuado espect¨¢culo entre escribas sentados y no sentados, entre ese mero reproductor o avalador directo o indirecto de la ideolog¨ªa dominante y su contrario, el especialista de la liberaci¨®n".
El intelectual org¨¢nico colectivo, expresi¨®n que acunara Antonio Gramsci para definir el perfil y la funci¨®n del partido -del partido comunista, por supuesto-, es interpretada hoy por V¨¢zquez Montalb¨¢n en unos t¨¦rminos fraternales que rebasan sus antiguos l¨ªmites. "La emulsi¨®n de ese intelectual org¨¢nico ser¨ªa hoy la expresi¨®n de un pacto universal en torno a la raz¨®n, es decir algo bastante improbable." Por lo que respecta a la funci¨®n del intelectual, individualmente considerado, V¨¢zquez Montalb¨¢n se adhiere sin mayor problema a la calificaci¨®n inorg¨¢nica del intelectual, patrocinada por Jorge Sempr¨²n. "La independencia siempre me ha parecido una condici¨®n del ejercicio intelectual. Desde tiempos lejanos. Ya cuando me dec¨ªan 't¨² tienes dos ojos, pero el partido tiene mil', insist¨ªa en conservar los m¨ªos".El escriba sentado -textos escritos a lo largo de los ¨²ltimos treinta a?os en los que s¨®lo se han introducido peque?as modificaciones de estilo- y el conjunto de la biograf¨ªa intelectual de MVM puede ser analizado desde la tensi¨®n entre los deseos individuales y los deberes colectivos, o entre la historia -o la pol¨ªtica- y la literatura. "Mi lenguaje", asiente "es una consecuencia de esa tensi¨®n. Es evidente que en la divisi¨®n del trabajo hay quienes tienen su escriba y quienes no .Mi origen me obliga a estar muy vigilante con el uso social de las palabras. Pero tambi¨¦n es verdad que la l¨®gica interna de la literatura no puede subordinarse a la l¨®gica hist¨®rica y pol¨ªtica". Como ¨¦l mismo dice, no sin ir¨®nica mansedumbre, ¨¦l es un "eslab¨®n perdido" entre la generaci¨®n de Jaime Gil de Biedma y Carlos Barral y la de F¨¦lix de Az¨²a o Eduardo Mendoza. MVM fue al tiempo poeta nov¨ªsimo -integrante de la famosa antolog¨ªa de Castellet- e intelectual pol¨ªticamente comprometido hasta el punto de la c¨¢rcel. En ese filo ha ido movi¨¦ndose, armado de iron¨ªa: "La iron¨ªa me ha salvado del peligro de hacer literatura apolog¨¦tica".
?Los autores de MVM?: Sartre, Dostoievski, Baroja -espl¨¦ndido texto ¨¦ste-, Benedetti, Sciascia, Chester Himes, Garc¨ªa Hortelano, Mars¨¦, Mendoza y Gil de Biedma. Luego los obvios -por orden alfab¨¦tico-, desde Beckett a Woolf. Una ausencia entre los obvios: Proust ?Lapsus u olvido deliberado? "M¨¢s bien lapsus. Sobre Proust escribir¨¦ en el segundo volumen de esta biograf¨ªa lectora, que ahora preparo, y que se llamar¨¢ La literatura en la construcci¨®n de la ciudad democr¨¢tica".
Babelia
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