Dec¨ªamos ayer...

Julio Anguita ya lo hab¨ªa dicho. El 22 de junio de 1996, s¨®lo mes y medio despu¨¦s de la investidura de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, afirm¨® que el PP buscar¨ªa la flexibilidad laboral "del modo m¨¢s barato posible". Hab¨ªa dicho que el Gobierno "continuar¨ªa las privatizaciones, seguir¨ªa con la pol¨ªtica de recortes del gasto p¨²blico, desarrollar¨ªa desigualmente la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas e intentar¨ªa eliminar bruscamente la atm¨®sfera de corrupci¨®n que se cern¨ªa sobre la anterior Administraci¨®n". Y tambi¨¦n hab¨ªa dicho que IU se enfrentaba "no solamente a unas siglas, sino a una l¨®gica". Y lo repiti¨® ayer.Entonces hac¨ªa falta una respuesta. Ahora, tambi¨¦n. Una respuesta "amplia, masiva, continuada y enfrentada a los valores de la derecha", con propuestas alternativas, que fusione el trabajo institucional y el social. Sin embargo, la fusi¨®n con el tejido social, especialmente con los sindicatos, parece ahora m¨¢s dif¨ªcil que entonces.

La de junio de 1996 no fue la ¨²nica referencia al pasado del l¨ªder de IU. Para ¨¦l, el debate de ayer sobre las relaciones con los sindicatos es tan importante como lo fue el de MaastrIcht durante la III Asamblea, una identificaci¨®n desacertada, para los cr¨ªticos de Anguita. El enemigo en aquel debate fue Maastricht y no se quiere pensar que ahora sean los sindicatos. Y aqu¨¦l debate supuso una ruptura grave en la coalici¨®n.