Una interesante miurada
Lleg¨® la tradicional miurada y result¨® que no hab¨ªa despertado tanta expectaci¨®n como cab¨ªa esperar. En realidad no hab¨ªa expectaci¨®n ninguna. La plaza ni siquiera se llen¨®, ?en plena feria! Mucho hablar de la legendaria divisa, de la hist¨®rica Maestranza, de su sensible afici¨®n, pero obras son amores. Luego la tarde transcurri¨® amena, pues los miuras ofrec¨ªan un juego interesante. Aunque seg¨²n y c¨®mo.Quiere decirse: seg¨²n para qui¨¦n. Estamos en la ¨¦poca del toro que se dej¨®. Los taurinos y sus corifeos tienen por toro bueno el que se deja. Lo cual repugna a la esencia e incluso a la grandeza de la casta brava del toro de lidia.
El toro bravo es, precisamente, el que no-se-deja. Que el toro bravo desarrolle nobleza no significa que haya de tener buen conformar. El toro docil¨®n que se deja dar pases no es ni siquiera toro: es la borrega.
Miura /Fundi, Valderrama, Higares
Toros de Eduardo Miura, bien presentados, inv¨¢lidos 1? y 4?; en general correosos, 2? y 3? encastados.Fundi: estocada corta delantera ladeada y rueda de peones (palmas y saluda); estocada y rueda de peones (ovaci¨®n y salida al tercio). Domingo Valderrama: estocada corta trasera (oreja); bajonazo escandaloso (algunas palmas). Oscar Higares: pinchazo y estocada perdiendo la muleta; se le perdonaron dos avisos (aplausos y saludos); pinchazo, estocada perdiendo la muleta y rueda de peones (aplausos). Plaza de la Maestranza, 20 de abril (tarde). 16? corrida de feria. Cerca del lleno.
Los toros de Miura salieron pidiendo pelea. Algunos mansearon mas al sentir el castigo se recrec¨ªan, en banderillas se arrancaban prontos, las muletas quer¨ªan com¨¦rselas. A veces se quer¨ªan comer a los toreros, de paso. Hubo miuras broncos, hubo miuras peligrosos, y hubo miuras con rasgos de sorprendente boyant¨ªa. Es curioso: con frecuencia depend¨ªa del torero y de su toreo. Torero que aguantaba la embestida y la templaba con mando, consumaba completa la suerte, parec¨ªa mejorar la condici¨®n del toro y, naturalmente, provocaba ol¨¦s encendidos.
Estos felices momentos no se prodigaron y es l¨®gico: a ver qui¨¦n ten¨ªa suficientes arrestos para jugarse el tipo al albur de aquellas embestidas que ven¨ªan cabeceantes y violentas. Pero lo hubo en, la plaza. Domingo Valderrama lo hizo as¨ª en su. primera faena; Oscar Higares, en su segunda.
Fundi bull¨®, si es que al trasteo afanoso, al muletazo por la cara, al vocear ?je! y al desplante crispado lo llamamos bullir. Banderille¨® con m¨¢s facilidad que brillantez y mulete¨® movido librando tarascadas, que menudearon a medida que avanzaban sus faenas.
Todo lo contrario le ocurri¨® a Domingo Valderrama, que tom¨® con precauciones a su primer toro y en cuanto seren¨® el ¨¢nimo recre¨® el toreo en unos naturales de alta escuela. Tomaba al toro de frente, lo embarcaba largo volcando en la suerte el sentimiento de su templado coraz¨®n y se produc¨ªa all¨ª el prodigio del arte.
?scar Higares tambi¨¦n alcanz¨® estas cimas. Las trincheras y los pases de la firma con que someti¨® al sexto toro gan¨¢ndole terreno hacia los medios poseyeron maestr¨ªa y belleza. Los redondos que instrument¨® a continuaci¨®n segu¨ªan la misma l¨ªnea y al emplear la izquierda, ya sin tanta templanza ni aguante, la faena se vino abajo. Es cierto que el toro empez¨® a distraerse ah¨ª, pero ser¨ªa interesante saber qu¨¦ fue primero.
?El toro o el huevo? ?Qu¨¦ fue primero? ?Sac¨® peligro el otro toro de Valderrama o lo descompuso ¨¦l mismo por no aplicarle la t¨¦cnica adecuada a su bronquedad? ?C¨®mo se explica que el tercero pareciera avisado y faena adelante -en cuanto se encontr¨® una muleta templada- Higares le sacara dos estupendas tandas de redondos?
Durante esa faena, a unos espectadores de sombra les dio por no ser de Madrid. Fue cuando la banda de m¨²sica celebr¨® los derechazos de Higares tocando el pasodoble. Un espectador protest¨® por ello y otros le hicieron callar diciendo que "esto no es Madrid". Algunos en la Maestranza tienen fijaci¨®n con Madrid y no pierden oportunidad de marcar las diferencias. Las hay: una corrida de Miura, en Madrid, habr¨ªa llenado Las Ventas. Por ejemplo.
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