Sentido del oportunismo
Quienes conocen bien al pr¨®ximo primer ministro b¨²lgaro atribuyen a Iv¨¢n Kostov, un hombre de gesto adusto y perfil cobrizo de moneda romana, m¨¢s talento para la organizacion partidaria y la maniobra de pasillo que para la ideaciones pol¨ªticas. Su curr¨ªculo parece abonar estas opiniones, puesto que Kostov, un economista de formaci¨®n, de 48 anos, que nunca perteneci¨® al partido comunista, ha pasado en cinco a?os de mero consultor econ¨®mico de su partido a supremo dirigente de la Uni¨®n de Fuerzas Democr¨¢ticas (UFD), que ¨¦l mismo describ¨ªa a este enviado hace dos meses como "un agrupamiento de 15 organizaciones orientado hacia los principios liberales de las democracias europeas". Desde el mes pasado, y a impulso de Kostov, que ha ido desembaraz¨¢ndose de cualquier potencial rival, la UDF es nominalmente un partido.Por dos veces ministro de Finanzas sin mayores logros, el vencedor de las recientes elecciones es inseparable de los ¨¦xitos de su coalici¨®n anticomunista en los comicios locales y presidenciales del a?o pasado. Iv¨¢n Kostov apadrin¨® al desconocido Petar Stoyanov como candidato conservador a la jefatura del Estado -algo que el presidente b¨²lgaro reconoce impl¨ªcitamente en la entrevista de estas mismas p¨¢ginas-, y lo mismo hizo con Stefan Sofianski, ahora primer ministro interino, a la alcald¨ªa de Sof¨ªa. Las divergencias entre Kostov y Sofianski, ¨¦ste mucho m¨¢s valorado por la opini¨®n p¨²blica, son ahora notorias.
Muchos b¨²lgaros citan como causa de la impopularidad de Iv¨¢n Kostov -casado y padre de dos hijas- una mezcla de inexpresividad y arrogancia intelectual. Para sus defensores, la clave de sus ¨¦xitos pol¨ªticos radica en su instinto para colocarse del lado del viento dominante. En su oportunismo. En enero pasado, Kostov se deshac¨ªa en elogios que rozaban lo servil a Sime¨®n II. Despu¨¦s de que el rey exiliado, en su reciente viaje a Bulgaria, criticara por televisi¨®n, sin nombrarle, las ambiciones monopolistas del jefe de la UFD, el peri¨®dico del partido conden¨® la visita a p¨¢ginas interiores con un par de titulares abiertamente malintencionados.
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