Juppe dice que mantendr¨¢ su criticada pol¨ªtica si gana las elecciones

Alain Jupp¨¦ luci¨® ayer, por primera vez en campa?a, los galones que Jacques Chirac le cedi¨® al llegar al El¨ªseo. Como presidente de la chiraquista Reagrupaci¨®n para la Rep¨²blica (RPR, neogaullistas) y jefe de la coalici¨®n conservadora, Jupp¨¦ abri¨® la carrera electoral pasando revista a sus tropas -definitivamente reconciliadas tras el cisma de ?douard Balladur- y prometiendo m¨¢s de lo mismo. Si la derecha gana, no cambiar¨¢n ni el primer ministro ni el programa pol¨ªtico. Todo ser¨¢ igual, pero con "un nuevo impulso". Los socialistas, por su parte, se declararon muy dispuestos a cohabitar con Chirac.

Jupp¨¦, como vicario de Jacques Chirac en el campo de batalla, quiso lanzar la campa?a con una gran foto de familia. Y reuni¨® a su alrededor a todos los barones de la derecha, incluidos Balladur, Nicolas Sarkozy y otros proscritos de la pasada elecci¨®n presidencial, ante cientos de diputados salientes y varios senadores. Los empleados del servicio de prensa insist¨ªan en la gran importancia de esa "demostraci¨®n de unidad".El primer ministro-candidato habl¨® de un "nuevo contrato con los franceses", basado en cuatro puntos: construcci¨®n de un Estado moderno, liberaci¨®n del esp¨ªritu empresarial, renovaci¨®n del modelo social y creaci¨®n de "la Gran Europa". Tambi¨¦n prometi¨® por en¨¦sima vez una reducci¨®n de los impuestos, ante el escepticismo de alguno de sus propios ex diputados. "Lo que no dice es en qu¨¦ a?o", coment¨® por lo bajo uno de ellos. Est¨¢ bastante claro que, salvo una formidable recuperaci¨®n econ¨®mica que no se atisba en el horizonte, ning¨²n gobierno franc¨¦s dispone de margen para reducir de manera apreciable la presi¨®n fiscal.

Ante un r¨®tulo dedicado al gran jefe del El¨ªseo ("Con Jacques Chirac, un nuevo impulso para Francia"), Jupp¨¦ acab¨® dedicando la mayor parte de su discurso a criticar a "un Partido Socialista desgarrado que pierde la memoria y no tiene visi¨®n de futuro". La campa?a arranc¨® a golpe de balance. La derecha agit¨®, como en 1993 y 1995, el espantajo de "un nuevo fiasco socialista" e invoc¨® la "pesada herencia del mitterrandismo", mientras, desde el Partido Socialista, Lionel Jospin devolv¨ªa los cumplidos: "Ya se ha visto lo que han hecho estos dos ¨²ltimos a?os. Y ahora nos ofrecen lo mismo, pero aumentado".