Bar?a y Olympiakos, contra su sino perdedor
Se augura una final ag¨®nica por un t¨ªtulo que se resiste a los dos grandes
![Robert ?lvarez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fff38f270-e1f5-420b-b28d-2104701943fb.jpg?auth=303544fb943223675b58ca08dcbe961263d0862eee8a1aada708dced91da811b&width=100&height=100&smart=true)
La final de la Euroliga romper¨¢ hoy (20.30, La 2 y Canal 33) uno de los estigmas perdedores que acarrean el Bar?a y el Olympiakos. En la encrucijada del Palaeur de Roma se van a desviar los caminos paralelos de dos de los grandes del baloncesto europeo que han sido marcados a hierro candente por sus derrotas en el ¨²ltimo pelda?o hacia el t¨ªtulo. Jam¨¢s lo han ganado, pero han sido los m¨¢s asiduos pretendientes de la ¨²ltima d¨¦cada.Ser¨¢ la de hoy la quinta final para el Bar?a, que tratar¨¢ de borrar los malos recuerdos de Ginebra 84 ante el Banco di Roma, Zaragoza 90 y Par¨ªs 91 ante el Jugoplastika y Par¨ªs 96 ante el Panathinaikos, y las no menos dolorosas derrotas en semifinales ante el Jugoplastika en M¨²nich 89 y el Joventut en Tel Aviv 94. Pero tambi¨¦n el Olympiakos est¨¢ cargado de razones para pensar que la de hoy sea la vencida. Vuelve el equipo griego a v¨¦rselas con un representante espa?ol despu¨¦s de que el Joventut y el Madrid le derrotaran en las finales de Tel Aviv 94 y Zaragoza 95. Para uno de los dos el partido romper¨¢ su racha fat¨ªdica; para el otro no har¨¢ sino agrandar su leyenda negra.
Se perfila una final ag¨®nica, con un marcador bajo y una diferencia estrecha. Es lo que se corresponde con un acontecimiento de este tipo: los ¨²ltimos siete campeones lo han sido logrando rebasar apenas la barrera de los 70 puntos y algunos de ellos, como el Limoges y el Joventut, ni siquiera llegaron a la de los 60. Al cariz del acontecimiento y la intensidad defensiva que prima en el mismo se le a?ade el estilo de juego controlado y paciente del Olympiakos.
El partido se va a jugar bajo sospecha. El pol¨¦mico final del a?o pasado en Par¨ªs, en el que sali¨® perjudicado el Barcelona como as¨ª lleg¨® a reconocerlo por escrito, en un acto sin precedentes, la propia Federaci¨®n Internacional (FIBA), ha disparado todas las especulaciones y mecanismos de presi¨®n. Aquel tap¨®n ilegal de Vrankovic, a Montero y los errores de cronometraje en el ¨²ltimo minuto que favorecieron el triunfo del Panathinaikos, son esgrimidos ahora por el Olympiakos para avisar de un supuesto desagravio arbitral al Bar?a. Todo vale en una final de este tipo. Y m¨¢xime cuando. los griegos est¨¢n por medio. Los ¨¢rbitros, el finland¨¦s Jungebrand y el lituano Brazauskas, en principio parecen ofrecer garant¨ªas de imparcialidad.
El Barcelona tendr¨¢ enfrente a un equipo con sus mismas exigencias y con una plantilla con experiencia y calidad. Su camino hacia la final avala a los griegos, que ganaron 9 de los 16 partidos de una fase regular en la que se limitaron a buscar el pase. El factor campo en contra no les impidi¨® eliminar en cuartos y en octavos de final al Partizan y al vigente campe¨®n y rival ciudadano, el Panathinaikos.
Es el Olympiakos un equipo muy calculador. Ivkovic, su t¨¦cnico serbio, no permite que sus jugadores se salgan de un gui¨®n en el que est¨¢n previstos hasta los fallos. S¨®lo permite mayor iniciativa de la cuenta a la gran estrella del equipo, el base estadounidense David Rivers, que fue, con una direcci¨®n magistral -28 puntos y 2 asistencias- quien le dio el pase a la final a costa del Olimpia.
Ivkovic no es partidario de mover en exceso el banco. Cuenta con el que tal vez sea el mejor defensor europeo, Sigalas, y con Nakic: como aleroo y dos p¨ªvots tan altos como Tarlac, de 2,12 metros, 23 a?os y que va camino de ratificar las enormes expectativas puestas en ¨¦l, y como el veterano Fasulas, de 2,13 metros y 33 a?os. Tomic es quien da ox¨ªgeno a Rivers y Nakic, al alem¨¢n Welp, tambi¨¦n de 2,12 metros, y al joven Papanikolau, quienes disponen de algunos minutos si el cansancio o las faltas molestan a Tarlac y Fasulas. Nadie en Europa cuenta con un juego tan f¨ªsico bajo el aro. No es muy significativa la baja del americano Evric Gray, que apenas 10 d¨ªas antes de la final a cuatro dio positivo en un control antidopaje tras un partido de la Liga griega.
El Olympiakos tendr¨¢ de su parte el factor ambiental. Los m¨¢s de 5.000 seguidores griegos les hacen ser mayor¨ªa absoluta en el Palaeur de Roma ante los 1.300 aficionados del Bar?a. S¨®lo en el caso imprevisto de que las aficiones de los dos semifinalistas derrotados -1.300 eslovenos y 600 franceses- se solidaricen con una causa ajena puede llegar a o¨ªdos de los jugadores azulgrana cierto apoyo.
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