Capacidad de cr¨ªtica
La televisi¨®n es, hoy en d¨ªa, el veh¨ªculo predominante de orientaci¨®n cultural. Si deber¨ªa serlo o no, es cuesti¨®n que precisar¨ªa de interminables debates para ser ilucidada, y aun as¨ª, no s¨¦ si el resultado servir¨ªa para algo. De momento, interesa resaltar un hecho que, si bien est¨¢ en la mente de casi todos, no acierta a manifestarse con la urgencia que debiera; m¨¢s bien parece al contrario, a juzgar por las nuevas televisiones que van apareciendo y por los formatos de programaci¨®n que escogen. ?Emite basura la televisi¨®n porque es lo que demanda la audiencia o la audiencia demanda basura porque la ha acostumbrado la televisi¨®n?Complicado dilema, y, sin embargo, lo cierto es que -salvo honrosas y muy escasas excepciones- los canales de televisi¨®n que podemos ver ofrecen de manera cada vez m¨¢s descarada unos contenidos que se acercan peligrosamente a la burla. Y una burla que se nos viene encima por varios frentes a la vez: por un lado, el aspecto cultural, que ha llegado ya a ser su propio reverso, la no-cultura, el desprecio a todas las sensibilidades, desde la m¨¢s fina a la m¨¢s cazurra. Por otro lado, la individualidad del espectador, que al menos antes era enga?ada por ardides m¨¢s o menos complicados, pero que ahora es anulada de la forma m¨¢s burda. Es una provocaci¨®n que si no fuera porque la capacidad cr¨ªtica de la gente est¨¢ reducida al m¨ªnimo no se la permitir¨ªan los actuales entes televisivos. Lo importante en el negocio de la comunicaci¨®n audiovisual es el dinero, eso lo sabemos todos, pero el juego consist¨ªa hasta hace poco en venderle audiencia al anunciante y tambi¨¦n producto al espectador. Hoy esto ¨²ltimo ha desaparecido, y s¨®lo nos da una barah¨²nda de anuncios publicitarios aderezados con un relleno nauseabundo.
?Y entre anuncio y anuncio, qu¨¦ ponemos? Qu¨¦ m¨¢s da.... se lo tragan todo-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.