La dif¨ªcil paz con sangre

Las Fuerzas Armadas cumplieron cabalmente la misi¨®n encomendada y redujeron a escombros al comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) sorprendido en pa?os menores, pero el estremecedor grito de guerra escuchado en las exequias de los dos oficiales ca¨ªdos durante el rescate, las represalias prometidas por el MRTA y pronunciamientos peligrosamente belicosos confirman el largo trecho pendiente hasta la definitiva normalizaci¨®n de Per¨². Nada asegura que la paz con sangre establecida el martes por el presidente Alberto Fujimori vaya a consolidarse y, muy al contrario, son de esperar los coletazos de quienes en la selva central, o escondidos en un piso de Lima, juran venganza.Siempre confusos los m¨¢rgenes entre la claudicaci¨®n y la habilidad pol¨ªtica en el tratamiento de los problemas de terrorismo, Fujimori apost¨® nuevamente por el ordeno y mando, complaci¨® a la opini¨®n p¨²blica, pero cort¨® el paso a soluciones duraderas. Los flecos del MRTA contin¨²an en armas, y en las filas del mao¨ªsta Sendero Luminoso a¨²n impera la enajenaci¨®n y la redenci¨®n extraterrestre. Una soluci¨®n negociada de la crisis de los rehenes no era f¨¢cil porque N¨¦stor Cerpa lanz¨® un ¨®rdago al exigir la liberaci¨®n de los 440 compa?eros presos en un pa¨ªs harto de la violencia de grupos que, aunque cargados de razones en no pocos de sus an¨¢lisis sociales, son percibidos como trasnochados y alternativas imposibles. Sin embargo, no pocos sostienen que de esta crisis pudo haber salido el desarme del MRTA.

Lamentan la oportunidad perdida quienes creen que una soluci¨®n negociada aunque dif¨ªcil no era imposible y hubiera permitido la liberaci¨®n de los 72 rehenes y la apertura de un proceso de integraci¨®n del MRTA en la legalidad, movimiento ahora imposible. No parece aventurado anticipar pues que aunque maltrecho, o residual, el grupo guevarista siempre podr¨¢ alistar a j¨®venes sin trabajo, a hu¨¦rfanos de la violencia castrense, a campesinos sin horizontes, y sus columnas constituir¨¢n por tanto una amenaza a la apertura y el reordenamiento econ¨®mico emprendido por FuJimori.

Nuevas columnas

Cerpa puso al presidente contra las cuerdas, y su decisi¨®n era complicada en una naci¨®n que pese a contar entre sus 24 millones de habitantes con casi un 50% pobre y desesperanzada desoye las convocatorias a la revoluci¨®n. El analista Fernando Rosppigliosi insta a no enga?arse: los que creen que el problema de la violencia se va a resolver eliminando en Per¨² a quienes la practican con la justicia distributiva como bandera "no les preocupa el hecho de que sigan existiendo grupos que probablemente van a persistir en su equivocado camino". Seg¨²n Rosppigliosi, a pesar de que el MRTA ha perdido a dos o tres de sus cabecillas m¨¢s importantes en esta acci¨®n, "posiblemente ha ganado en esta acci¨®n la adhesi¨®n de decenas o centenares de j¨®venes de condici¨®n parecida a los que estaban dentro de la residencia". Estas nuevas columnas no amenazar¨¢n seriamente al Estado pero mantienen un foco de violencia que enturbiar¨¢ la vida de los peruanos.