"No nos dispararon"

El padre jesuita Juan Wicht admiti¨® ayer que los miembros del MRTA encargados de su vigilancia tuvieron tiempo suficiente para haber cometido una matanza. "Los custodios no llegaron a disparar contra nosotros. Es m¨¢s, pudieron haber ejecutado un suicidio en masa si hubieran arrojado las granadas que ten¨ªan". Pese a ser liberado a los pocos d¨ªas, el religioso decidi¨® quedarse para prestar su ayuda a quien la necesitara. "Todo hace pensar que la ¨²nica orden que ten¨ªan (los del MRTA) era defenderse". Por otra parte, todo parece indicar que el Ej¨¦rcito peruano hizo llegar a un militar cautivo un peque?o transmisor, desde el que inform¨® sobre el momento oportuno para el asalto.Wicht no vio mucho. "Fue incre¨ªble que no hubiera m¨¢s muertos. Aquello parec¨ªa de pel¨ªcula. La confusi¨®n, la polvareda que se levant¨® fue tal que no pod¨ªa ver lo que suced¨ªa a dos metros", recuerda. "Cuando sal¨ªa agazapado las balas silbaban por encima de la cabeza y un oficial me dec¨ªa: adelante no m¨¢s, est¨¢ libre". El religioso recog¨ªa las fichas de ajedrez cuando irrumpi¨® el comando de las Fuerzas Armadas. Hab¨ªa tomado a broma el aviso de Jorge Gumucio, el embajador boliviano: "Vienen por nosotros, tranquilo" le dijo ¨¦ste. El jesuita aun no se lo cree. "Parece un sue?o. Estar con vida es incre¨ªble."