Ajedrez
He visto reflejado en sus p¨¢ginas un asunto preocupante, el que de no haber sido denunciado por algunos maestros de ajedrez permanecer¨ªa ah¨ª oculto perpetu¨¢ndose en el tiempo. Se trata del tema de las mujeres y el juego del ajedrez. Es un hecho, independientemente de que no haya prohibiciones expresas a los torneos mixtos, que las mujeres juegan mucho peor: la prueba es que, seg¨²n los expertos, entre los primeros 500 jugadores de todo el mundo, hasta hace muy poco, concretamente la llegada de las hermanas Polgar al escenario, ni una sola mujer figuraba en las posiciones preminentes de la clasificaci¨®n.?C¨®mo puede interpretarse este hecho? Unos dicen que a las mujeres no les interesa este juego porque, tal vez, lo consideran un juego de hombres. Al desconsiderarlo, seg¨²n esta interpretaci¨®n, las mujeres se desinteresan por su pr¨¢ctica y sufren una suerte de atrofia que les aleja de los palmar¨¦s ajedrec¨ªsticos. Otra interpretaci¨®n se?ala que es precisamente la falta de est¨ªmulo y de atenci¨®n al juego de ajedrez por parte de las mujeres lo que determina su baja calidad ante el tablero. Interpretaciones hay o puede haber muchas otras. Escuch¨¦ una vez a un psicoanalista de una corriente freudiana decir que la desidia de las damas ante el tablero surge del extremo inter¨¦s que muestran por el ajedrez los varones habida cuenta de que el rey encarnar¨ªa la figura del padre, cuya muerte, seg¨²n el dispositivo inconsciente que subyace bajo el complejo de Edipo, se convierte en una atractiva meta.
Como puede verse, las lecturas son muchas. Por mi parte ofrezco una interpretaci¨®n diferente, basada en una distinci¨®n que, con certeza, enfadar¨¢ a m¨¢s de una mujer y a alg¨²n que otro hombre. Pienso lo siguiente: la mujeres y los hombres no muestran diferencias sustanciales, des de el punto de vista intelectual salvo en la metodolog¨ªa, en la forma de aproximarse a la comprensi¨®n de la realidad. Creo que las mujeres, por el papel de la cultura, se acercan a la realidad seg¨²n un procedimiento inductivo, es decir, que va desde lo cercano e inmediato hasta lo gen¨¦rico, hasta lo que puede ser generalizable. Por el contrario, los hombres, por razones culturales, de educaci¨®n y de especializaci¨®n se acercan a la realidad mediante un procedimiento deductivo que va desde lo general hasta lo inmediato, lo particular.
Creo que el ajedrez es un juego deductivo, que exige necesariamente una visi¨®n de conjunto. Esta globalizaci¨®n o generalizaci¨®n se adapta mejor a un procedimiento similar al empleado por los hombres en su vida cotidiana que al m¨¦todo que las mujeres acostumbran emplear.
En verdad, esta interpretaci¨®n me sirve para explicarme una sinraz¨®n como la que el asunto de las mujeres ante el tablero presenta. Debo decir, adem¨¢s que mi interpretaci¨®n, con todo humildad, me sirve tambi¨¦n para explicarme otras cosas. -
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