"Me siento m¨¢s seguro como jardinero que como compositor", afirma Penderecki
El m¨²sico defiende el ecologismo y prepara una sinfon¨ªa pastoral
Krysztof Penderecki dice que sigue buscando respuestas en sus textos y soluciones en su m¨²sica. El compositor polaco, de 64 a?os, uno de los creadores contempor¨¢neos m¨¢s inquietos, mostr¨® ayer sus dos vertientes -pensador y m¨²sico- en el Museo Reina Sofia de Madrid. Primero se ley¨® un fragmento de su libro, a¨²n in¨¦dito, En el laberinto del tiempo, texto de tono apocal¨ªptico que denuncia "el populismo barato imperante" -encarnado en lo musical en los tres tenores- y reivindica a los ¨¢rboles como fuente del arte. El artista, apasionado de la bot¨¢nica, asegura tener menos dudas ante las plantas que ante los pentagramas.
Penderecki acompa?¨® la lectura de su texto con una audici¨®n grabada de los dos ¨²ltimos movimientos de su Tercera sinfon¨ªa, cuyo tono desesperanzado confirm¨® que el m¨²sico y el intelectual forman un todo coherente. El texto le¨ªdo empezaba as¨ª: "Con todos sus deslumbrantes adelantos tecnol¨®gicos, la civilizaci¨®n del fin del siglo XX ofrece pocas razones para ser optimista. Los medios nos bombardean con informaci¨®n de m¨²ltiples amenazas. El apocalipsis se ha convertido en noticia. Alguien ha inventado el t¨¦rmino sinistrose para abarcar todas las formas de duda, pesimismo y profec¨ªas nihilistas que hablan del futuro de nuestro mundo. Los artistas contribuyen a crear esta siniestra visi¨®nTras este desolador principio, Penderecki cit¨® a su "gran compatriota, Tadeusz Kantor", como uno de los pocos creadores dotados de la fuerza suficiente para "defender la autonom¨ªa de la imaginaci¨®n del furor de nuestros tiempos". El creador del Teatro de las emociones, dijo Penderecki, advirti¨® sobre algunas peligrosas plagas modernas: el onmipotente mercado del arte y el santo comercio, y la omnipotente santa tecnolog¨ªa, "que conduce a la blasfemia y la seudocreatividad.
Rasgos todos ellos, a?adi¨® el autor de La pasi¨®n seg¨²n san Lucas o Tedeum, de una "civilizaci¨®n que desantifica normas, maneras, arte y naturaleza. Nunca ha llegado tan lejos la pasi¨®n f¨¢ustica de aniquilaci¨®n. Es imposible decir si Beethoven, si viviera hoy, habr¨ªa escrito la sinfon¨ªa Pastoral".
La referencia a su m¨²sico m¨¢s querido -Penderecki ha escrito ya cinco sinfon¨ªas, pero planea escribir nueve y ya trabaja en la Sexta, que ser¨¢ una pastoral dedicada a los ¨¢rboles: "Se titular¨¢ Una eleg¨ªa para el bosque que muere-, llev¨® a una previsible conclusi¨®n: la respuesta est¨¢ dentro de nosotros, en la naturaleza y en el pasado. "Es necesario volver al ¨²tero. El ¨¢rbol nos ense?a que una obra de arte tiene que tener dobles ra¨ªces, una en el suelo y otra en el cielo. Y no es posible un arte sin ra¨ªces". Pero Penderecki explicaba en realidad un proceso personal: "Hace poco, trabajando en una composici¨®n para el 3.000 aniversario de Jerusal¨¦n, decid¨ª retroceder a los salmos de David. Era un regreso m¨²ltiple: a las ra¨ªces judeocristianas, a las fuentes de la m¨²sica y a los principios de mi propio trabajo. En mi juventud, cuando hac¨ªa arte de vanguardia, sent¨ª que no pod¨ªa arrancar mis ra¨ªces espirituales. Hoy, 40 a?os m¨¢s tarde, veo con m¨¢s claridad que s¨®lo el homo religiosus puede contar con la salvaci¨®n".
Dise?o de jardines
?No hay esperanzas m¨¢s tangibles, entonces? "S¨ª", aclar¨® Penderecki en el coloquio posterior. Los ¨¢rboles, por ejemplo. Como soluci¨®n diaria, vital, ¨¦l lleva 20 a?os dise?ando y plantando el jard¨ªn de su casa de campo. "Corno la composici¨®n, es una forma de sistematizaci¨®n. Y yo, pueden creerme, me siento mucho m¨¢s seguro como jardinero que como compositor".
Hacia el final de la charla -organizada por el Centro para la Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea-, Penderecki dijo frases que definieron un poco m¨¢s su compleja personalidad: "Mi trabajo se basa en la evoluci¨®n de tres m¨²sicas: la sinf¨®nica; la religiosa -que fue en origen pol¨ªtica, por oposici¨®n a la prohibici¨®n sovi¨¦tica de esa m¨²sica en Polonia- y la de c¨¢mara". "Yo controlo mi obra sin dejar espacio a la improvisacion de los m¨²sicos". "Me cuesta tanto tiempo componer que no puedo o¨ªr lo que hacen los dem¨¢s". "Lo que hoy se considera vanguardia es una repetici¨®n de los a?os 50 y 60. No creo que hasta el 2010 oigamos nada realmente nuevo".
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