Santuario de libertad
Como podr¨ªa esperar cualquier lector de H. P. Lovecraft, el maestro de la literatura fant¨¢stica que aqu¨ª vivi¨®, escribi¨® y fue enterrado, la de ayer en Providence fue una jornada de lluvia suave, niebla vaporosa y luz tamizada, lo que realzaba la belleza y el misterio de sus edificios decimon¨®nicos de piedra y ladrillo. Pero, como tambi¨¦n cab¨ªa esperar de la tradici¨®n de esta ciudad, la jornada estuvo consagrada a la libertad y a la tolerancia.A la defensa de esos valores por Jes¨²s de Polanco y a las amenazas que sobre su persona y su obra hacen pesar determinados sectores espa?oles aludi¨® en su discurso Carlos Fuentes, arrancando la m¨¢s prolongada ovaci¨®n de la ceremonia. Y, en la misma l¨ªnea, Vartan Gregorian cit¨® la "libertad intelectual" del Don Quijote-, posici¨®n que, a?adi¨®, constituye la esencia de la Universidad de Brown. "El pensamiento cr¨ªtico", dijo, "siempre tendr¨¢ aqu¨ª su santuario". Providence era el lugar exacto. La ciudad fue fundada en 1636 por Roger Williams, un predicador religioso cuyas tesis progresistas le obligaron a abandonar Salem (Massachussets) para evitar ser detenido y ejecutado por los intransigentes puritanos. Acogido por los indios Narragansett, Williams cre¨® Providence como hogar de todos aquellos perseguidos por su ideas no conformistas.
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