Perd¨®n, se?or alcalde

S¨ª, se?or alcalde. A sus ¨®rdenes se?or alcalde. Como usted mande, se?or alcalde. La verdad es que los-as vecinos-as de Chamber¨ª no nos hab¨ªamos dado cuenta hasta ahora de que el que aqu¨ª manda es el se?or alcalde. Entonamos un mea culpa por desconocer el funcionamiento de la vida municipal. Nos disculpamos y reconocemos que cuando en el pleno del pasado viernes 25 de abril de 1997 afirm¨®: "En este Ayuntamiento preside el alcalde, que es quien dirige y quien da y quita la palabra", ten¨ªa toda la raz¨®n, y que es totalmente injusto que nos recordara a Luis XIV, que dec¨ªa aquello de que "el Estado soy yoPero, perd¨®n, se?or alcalde; s¨®lo una peque?a matizaci¨®n a su breve y contundente discurso. Para quitar la palabra es necesario haberla concedido primero, y usted, se?or alcalde, presidente y rector de todos los madriles -no se lo negamos-, se ha olvidado de algo importante: escuchar a los vecinos-as de nuestro agujereado Chamber¨ª.

Su impresionante ejercicio de autoridad habr¨ªa estado justificado si llevara docenas de reuniones con los vecinos-as, si hubiera prestado atenci¨®n al menos una hora a nuestros argumentos. Pero no es el caso.

Afortunadamente, ya que no pudimos hablar entonces como no hemos podido hablar desde que usted decidi¨® hacer de Chamber¨ª un gruy¨¦re, nos queda el consuelo de saber que usted y su equipo de gobierno se preocupan por lo menos de la salud de los madrile?os-as. El argumento del se?or Villoria para justificar la desaparici¨®n de los ¨¢rboles del bulevar es para que pase a la historia de la medicina junto con Fleming y el inventor de la aspirina. "Con la desaparici¨®n de esos ¨¢rboles habr¨¢ menos alergias".

Y nosotros que cre¨ªamos que hac¨ªan urbanismo, y resulta que lo que pasa es que ustedes se preocupan por nuestra salud. ?Qu¨¦ desagradecidos-as somos los vecinos-as de Chamber¨ª!

Usted perdone, se?or mandam¨¢s de los plenos. Pero, por favor, la pr¨®xima vez, antes de quitarnos la palabra, acu¨¦rdese de hab¨¦rnosla concedido antes.-