Major apela al miedo para evitar el triunfo casi seguro de Blair

El primer ministro John Major pareci¨® aceptar ayer t¨¢citamente su derrota al recurrir al miedo como ¨²ltimo argumento de los conservadores en la recta final de la campa?a electoral brit¨¢nica. Y para frenar la previsible victoria laborista en los comicios de ma?ana, vaticin¨® a los votantes un futuro de altos impuestos, caos econ¨®mico y rendici¨®n a una Europa federal si conducen a Tony Blair hasta Downing Street. Convertido en predicador de la cautela, el candidato laborista insisti¨® en que "las elecciones a¨²n no est¨¢n ganadas".

Major tuvo que aclarar que su viceprimer ministro, Michael Heseltine, no estaba admitiendo la derrota tory cuando dec¨ªa a su lado que el electorado camina "son¨¢mbulo hacia una pesadilla (... ) hacia la clase de pol¨ªticas desastrosas que siempre han adoptado en el poder los laboristas". El primer ministro ha venido recordando en sus ¨²ltimos actos electorales que a¨²n quedan varios millones de indecisos.Los conservadores, que llevan 18 a?os en el Gobierno, recrudecieron sus ataques contra el candidato laborista, al que tildan de producto de la mercadotecnia que terminar¨¢ por estafar a los brit¨¢nicos. Pero Blair, que ayer recib¨ªa el apoyo del diario Financial Times, neg¨® ser "un actor que interpreta el papel de aspirante a primer ministro".

Mientras los partidarios de Blair se muestran reacios a cantar victoria antes de tiempo para evitar el fiasco que arruin¨® las expectativas de Neil Kinnock en los comicios de 1992, la c¨²pula de los tories prepara ya la batalla por la sucesi¨®n de Major.

Como en jornadas anteriores de la campa?a electoral, una serie de llamadas an¨®nimas que utilizaron el c¨®digo del IRA para advertir de la colocaci¨®n de bombas provocaron de nuevo atascos de tr¨¢fico en varias autopistas de las inmediaciones de Londres y colapsaron durante dos horas los dos principales aeropuertos de la capital, Gatwick y Heathrow.