Las canas de la banda del Canal

Las dos de la madrugada en un humeante local de jazz madrile?o. Seis individuos parecen no encajar all¨ª. Exhiben pelo canoso y la mayor¨ªa de los clientes podr¨ªan ser sus hijos y, algunos, hasta sus nietos. Transitan risue?os y despistados hasta que alguien les hace una se?a. Se suben a la tarima, agarran saxo trompeta, piano y bater¨ªa y comienza la gran fiesta de jazz. Es la Canal Street Jazz Band, el grupo decano de la m¨²sica en directo en Madrid, que esta temporada cumple 30 a?os de conciertos. "No sabemos lo que es la edad; mientras podamos . seguir soplando nuestros instrumentos, aqu¨ª estaremos", comenta Roberto Borde, de 62 a?os, fundador del grupo.Completan la formaci¨®n Pepe N¨²?ez (trompeta, de 62 a?os), Jim Kashishian (tromb¨®n, de 56), Fernando Sobrino (piano, de 48), Antonio Dom¨ªnguez (contrabajo, de 47) y Antonio Calero (bater¨ªa, de 38). En total, 313 a?os, m¨¢s que los Rolling Stones. Pero lo de la Canal, como popularmente se conoce al grupo, es jazz, y ya se sabe que este estilo se puede tocar hasta que se llegue a bisabuelo.Cuando la Canal Street Jazz Band comenz¨® a actuar en Madrid, en 1967, eso del jazz sonaba muy raro en Espa?a. "La verdad es que el r¨¦gimen franquista no nos incordi¨® mucho. No sab¨ªan muy bien qu¨¦ era el jazz. No estaba bien visto, pero se toleraba", recuerda Borde, un franc¨¦s que se instal¨® en Madrid en los primeros sesenta.

Borde, el norteamericano Jim Kashishian y el espa?ol Fernando Sobrino consiguieron instalarse en la programaci¨®n del m¨ªtico y ya desaparecido Whisky Jazz. "El due?o del Whisky Jazz nos dej¨® el d¨ªa de descanso de los m¨²sicos profesionales. El d¨ªa que nadie quer¨ªa", recuerdan entre risas.

Pero aquello cuaj¨®. El grupo se convirti¨® en el preferido del p¨²blico madrile?o. Fue cuando el Whisky Jazz se convirti¨® en centro de reuni¨®n de progresistas e inquietos. "Hubo una ¨¦poca en la que el local se llen¨® de homosexuales. Y claro, eran los a?os sesenta y no estaban muy bien vistos por las autoridades. La polic¨ªa estaba todos los d¨ªas all¨ª desalojando el club", comenta el fundador del grupo.

Despu¨¦s de 30 a?os, esta orquesta sigue exhibiendo un gran poder de convocatoria. De hecho, es la formaci¨®n que m¨¢s act¨²a en los locales de la capital. Son fijos en la programaci¨®n de escenarios especializados en jazz como los del caf¨¦ Populart, Segundo Jazz, caf¨¦ Central, Clamores o el Dizzy Jazz.

"La gente tiene un concepto err¨®neo del jazz. Cree que es un g¨¦nero intelectual y aburrido porque s¨®lo tiene en cuenta el jazz moderno. Nosotros hacemos jazz tradicional, lo que se llama dizzyland, un estilo nacido en Nueva Orleans que creci¨® en la calle, con el concepto de orquesta animada y divertida. Mucha gente viene a vernos y nos comenta: 'Me ha gustado mucho, me lo he pasado en grande. Pero, claro, lo que hac¨¦is no es jazz'.Yo les digo que est¨¢n equivocados, que esto es el aut¨¦ntico jazz. S¨®lo hay que ver la cara de felicidad con que la gente sigue un concierto de la Canal para comprender lo que cuenta el grupo.

La orquesta dice no saber qu¨¦ es eso de ensayar: "Ensayamos en el escenario. La improvisaci¨®n es una de nuestras especialidades". Eso s¨ª, se quejan de lo poco que cobran por actuaci¨®n, unas 7.000 pesetas por barba, dinero que no les sirve para vivir exclusivamente del grupo. Antonio Calero trabaja como bater¨ªa de Miguel R¨ªos, Pepe N¨²?ez es profesor de conservatorio, Fernando Sobrino toca el piano en el Coro Nacional y Jim Kashishian tiene un estudio de sonido.

Pero donde realmente disfrutan es con la Canal. "Despu¨¦s de tocar durante mucho tiempo para gente como Julio Iglesias o Roc¨ªo Jurado, estar con la Canal es una delicia, un gran desahogo", dice Pepe Nu?ez. Sopla estos d¨ªas la trompeta sin consentimiento m¨¦dico: "Sufr¨ª hace unos d¨ªas una angina de pecho y a las pocas horas ya estaba actuando. El m¨¦dico me dijo que estaba loco. Pero si tengo que irme al otro barrio, prefiero hacerlo en el escenario, tocando jazz".