Circo Raluy

Cuando parece que no encontraba salida, cuando el mar de la mediocridad parec¨ªa que iba a engullirme, aparecieron ellos.Asqueado de la televisi¨®n, de sus programaciones y contraprogramaciones, de sus negativas a producir programas propios, y del pago de cantidades astron¨®micas por programas que divierten en otras latitudes; los efectos fotocopia funcionando a la perfecci¨®n: si un programa funciona, a la semana siguiente tienes uno similar en cualquier canal que pongas, y en cuanto le cambies una coma no es plagio; si el f¨²tbol funciona, ahora hasta los lunes. Y cuando crees que no hay salvaci¨®n, cuando los c¨®micos huelen a sexo, las noticias a partidismo y los anuncios a zapping, aparece esa pequena isla enmitad del oc¨¦ano, Un programa para sordos, y menos mal, porque llevaban a?os demand¨¢ndolo; pero, claro, como adem¨¢s de sordos no hablan con nuestras palabras, pues no los o¨ªmos.

Ya no sab¨ªa uno d¨®nde mirar, ad¨®nde acudir para entretenerse sin desprenderse de parte de la familia, los ni?os, eso que muchos ignoran a la vez que critican a sus educadores por no hacerlo, a su juicio, de forma correcta. Justo entonces aparecieron ellos, como venidos de otros mundos, que de hecho as¨ª es. Siendo espa?oles que triunfan en el mundo entero, como es natural aqu¨ª no les conocemos, pero, afortunadamente, han venido. En ese circo son artistas hasta los carpinteros que hicieron las caravanas; hay artistas por todas partes, los payasos son unas adorables criaturas con una sensibilidad digna de premio, aunque el mayor premio que puede recibir un artista de circo es la presencia del p¨²blico.

Digno, limpio, original, ¨¢gil ingenioso, dulce, ?genial! A ustedes, p¨²blico, les ruego acudan deleitarse al circo Raluy.- .