El Reino Unido firma la paz con la Uni¨®n Europea
La guerra ha terminado. Dieciocho a?os de reticencias y bloqueos del Reino Unido a la UE quedaron ayer arrumbados. El Gobierno laborista inaugur¨® en Bruselas una nueva pol¨ªtica europea. "Nuestro enfoque ser¨¢ positivo. Para nosotros, Europa es una oportunidad y no una amenaza", anunci¨® el nuevo ministro de Asuntos Europeos, Douglas Henderson, a la Conferencia Intergubernamental (CIG) que reforma el Tratado de Maastricht. Londres asumi¨® la Europa social y otros avances. Pero defender¨¢ algunas posiciones cl¨¢sicas, aunque con lealtad "y no con el lenguaje de los adversarios".
El cambio de actitud hacia la Uni¨®n Europea del Gobierno de Londres ha quedado claro en las declaraciones del nuevo titular de Exteriores, Robin Cook, quien se?al¨® el domingo por la noche que el Reino Unido firmar¨¢ la Carta Social europea, informa No se trata de una estricta novedad, pero la rapidez con la que el Gobierno que preside Tony Blair ha hecho el anuncio es de por s¨ª esclarecedora sobre el nuevo clima proeuropeo que se respira en Londres. Este gesto, dijo Cook, "marca un nuevo principio en las relaciones de nuestro pa¨ªs con Europa, donde nos disponemos a trabajar con los dem¨¢s miembros como socios que somos y no como oponentes. No podemos aceptar que los brit¨¢nicos sean ciudadanos de segunda clase con menos derechos que los trabajadores de otros pa¨ªses".Otra demostraci¨®n de la actitud amistosa que se dispone a mantener el Gobierno laborista con los socios comunitarios est¨¢ en el nombramiento de Henderson, un colaborador del ministro de Econom¨ªa Gordon Brown, como ministro para Europa. Se trata de un negociador pol¨ªticamente as¨¦ptico qu¨¦ permanecer¨¢ como embajador permanente del Reino Unido en la CIG.
El aislacionismo brit¨¢nico, aunque echa sus ra¨ªces muy atr¨¢s, se convirti¨® en la se?a de identidad brit¨¢nica en 1979. La carism¨¢tica l¨ªder conservadora brit¨¢nica Margaret Thatcher llegaba al poder e iniciaba su combate, sin prisioneros, contra la Europa federal. Con dos feroces batallas: el boicoteo al Protocolo Social en el Tratado de Maastricht y la paralizaci¨®n de la UE por la crisis de las vacas locas, el a?o pasado.
Esa historia se ha acabado. Henderson fue nombrado anteanoche y ayer aterrizaba en Bruselas. Vio y venci¨®. "Mi Gobierno acabar¨¢ con la cl¨¢usula de exclusi¨®n del Protocolo Social", propone llevarlo al Tratado y "apoya la inclusi¨®n en ¨¦l de un cap¨ªtulo sobre Empleo", anunci¨®. Junto a este compromiso, el ministro asegur¨® que a partir de ahora, los otros europeos encontrar¨¢n en los brit¨¢nicos un verdadero socio. "Nuestro enfoque ser¨¢ positivo, queremos trabajar con vosotros como colegas en una empresa compartida", porque "Europa, para el nuevo Gobierno brit¨¢nico, es una oportunidad, no una amenaza".
Esta solemne declaraci¨®n en la CIG cosech¨® grandes parabienes entre los Quince. Como "un rayo de esperanza" la recibi¨® el presidente holand¨¦s, Michael Patijn. "No es una revoluci¨®n, pero s¨ª el cambio de clima que necesit¨¢bamos para la negociaci¨®n, una se?al muy positiva", abund¨® el franc¨¦s Michel Bamier. "Es un cambio de estilo, denota ganas de colaborar", declar¨® el comisario Marcelino Oreja. "Londres adop-tar¨¢ posiciones distintas en bastantes temas"", remach¨® el embajador espa?ol, Javier Elorza. "Se lo pensar¨¢n dos veces antes de bloquear alg¨²n avance comunitario", a?adi¨® un diplom¨¢tico.
La asunci¨®n de la Europa social supone que el Reino Unido armonizar¨¢ su legislaci¨®n laboral con los dem¨¢s, en temas como el permiso parental remunerado de tres meses postparto; los comit¨¦s de empresa europeos en las multinacionales y la jornada semanal m¨¢xima de 48 horas.
Pero Henderson anunci¨® tambi¨¦n otras rupturas pol¨ªticas con la trayectoria anterior. Una, "cierta extensi¨®n del voto por mayor¨ªa cualificada", en pol¨ªtica industrial y regional [a esto ¨²ltimo se opone Espa?a, para: no poner en peligro la pol¨ªtica de cohesi¨®n]. Dos, ampliaci¨®n del papel del Parlamento Europeo, mediante la sujeci¨®n de nuevos asuntos a su codecisi¨®n. Tres, inscribir en el Tratado los derechos humanos, a lo que se opon¨ªa el Gobierno de John Major, partidario en cambio de consagrar los derechos de protecci¨®n de los animales. Cuatro, apoyo a la subsidiariedad -toma de decisiones por la Administraci¨®n m¨¢s pr¨®xima- tambi¨¦n hacia abajo, para " garantizar la descentralizaci¨®n" no s¨®lo desde Bruselas hacia los Gobiernos, sino tambi¨¦n desde ¨¦stos hacia las regiones y municipios.
El nuevo europe¨ªsmo del Nuevo Laborismo sin embargo, tiene a¨²n bastantes l¨ªmites. El ministro brit¨¢nico asegur¨® por tres veces que su Gobierno defender¨¢ "nuestros intereses nacionales" con firmeza, aunque sea una firmeza "constructiva".
Y se?al¨® tres puntos en que discrepar¨¢ de la mayor¨ªa. Se mostr¨® contra la flexibilidad o cooperaciones reforzadas en el pilar comunitario (mercado interior, pol¨ªtica agr¨ªcola, pol¨ªticas estructurales), en lo que coincide con Espa?a, pero no con Francia y Alemania. Mantiene la oposici¨®n a los avances que desborden lo puramente t¨¦cnico en pol¨ªtica exterior y a que la organizaci¨®n defensiva UEO se fusione con la UE. Y recela de la comunitarizaci¨®n de los asuntos de Justicia e Interior -el caballo de batalla de Bonn, Par¨ªs y Madrid-, para los que opta por los meros acuerdos intergubernamentales: se niega, sobre todo, a suprimir las fronteras para ciudadanos de la UE.
Pero los dem¨¢s pa¨ªses tambi¨¦n sostienen posturas encontradas. Lo interesante de la etapa que comienza es que muchos empezaron ayer a abandonar su c¨®modo silencio sobre las discrepancias que mantienen, hasta ahora tapadas o escondidas bajo el manto del Reino Unido, que les hac¨ªa el trabajo sucio. No hay ya mamparas en que refugiarse ni vetos permanentes. Todos se proponen culminar la reforma del Tratado a mitad de junio, en Amsterdam. Ser¨¢ dif¨ªcil. La nueva etapa es demasiado tierna.
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