"En Madrid, casi todos somos inmigrantes"
Basta con acercarse hasta la calle de Anastasio Herrero para que el madrile?o barrio de Tetu¨¢n responda m¨¢s a su nombre ¨¢rabe. All¨ª los transe¨²ntes se oscurecen y cambian de atav¨ªo. Es all¨ª donde el olor a otras especias, para algunos ex¨®ticas, resulta familiar. Como la lengua en que transcurre la pac¨ªfica charla entre los hombres y mujeres que se arremolinan en el umbral del n¨²mero 5 de la citada calle. No en vano sienten la presencia de la mezquita como una protecci¨®n de la Asociaci¨®n Musulmana de Espa?a en Madrid, comunidad donde reside un colectivo magreb¨ª de 80.000 personas, establecidas en la capital la mayor¨ªa y repartido el resto por las localidades de Villalba, Fuenlabrada, Legan¨¦s y Torrej¨®n de Ardoz. Un colectivo cada vez m¨¢s integrado entre los madrile?os, nos explica el imam Tatary, de 48 a?os y natural de Damasco.Pregunta. Colectivo integrado pero con un importante sector de magreb¨ªes entre los inmigrantes marginales.
Respuesta. Lo sabemos, y no escondemos la cabeza ante el problema. Llegan hasta aqu¨ª, tocan nuestra puerta, porque la mayor¨ªa profesa la religi¨®n musulmana, y yo les recibo personalmente como emigrante que soy. En poca o gran medida, en Madrid todos lo somos. Contamos con la colaboraci¨®n de alguna ONG, ofrecemos ayuda m¨¦dica, jur¨ªdica y hasta comida. Hay un servicio de 15 voluntarios en un programa que el a?o pasado atendi¨® a 4.000 personas.
P. ?Por qu¨¦ viven tantos magreb¨ªes en este barrio?
R. Por su cercan¨ªa con la Ciudad Universitaria. Muchos llegamos aqu¨ª como estudiantes, y, al ser un barrio de clase media, accesible econ¨®micamente, nos establecimos. Casualmente, donde recalaba el general O'Donnell despu¨¦s de sus batallas en el norte de ?frica, por eso se llama plaza de Tetu¨¢n de las Victorias. Levantar aqu¨ª nuestra mezquita es s¨ªmbolo de concordia, cultura y convivencia. Espa?a es para nosotros un gran pa¨ªs.
P. Y en Madrid, ?d¨®nde siente su pasado?
R. En el centro, alrededor del Palacio Real, junto a los restos de la muralla ¨¢rabe.
P. Muchos de ellos se han perdido con las obras.
R. Lo s¨¦, y creo que era preciso guardarlos como parte de los cimientos de esta ciudad. En todo el mundo se intenta hacer algo de la nada, aqu¨ª ha sucedido al rev¨¦s. Pero nadie puede negar lo mucho que Madrid tiene que ver con el islam y la cultura musulmana. Yo llegu¨¦ a esta ciudad en 1970. He visto nacer la libertad religiosa como el que tiene en sus brazos un beb¨¦, y lucho por mantenerla.
P. ?Aqu¨ª es f¨¢cil?
R. S¨ª, la gente nos quiere y nos respeta cada d¨ªa m¨¢s. No es como hace 25 a?os, cuando nadie comprend¨ªa por qu¨¦ no tomabas un caf¨¦ a media ma?ana en periodo de Ramad¨¢n. Tenga en cuenta que esos 80.000 magreb¨ªes que hemos citado son ciudadanos con carn¨¦ de identidad. Mis hijos, por ejemplo, ya son madrile?os. Nuestros or¨ªgenes, inevitablemente, se van juntando.
P. ?Visita usted nuestras iglesias?
R. Naturalmente que s¨ª. Son templos, lugares sagrados que merecen todo mi respeto.
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