Centroamerica y EE UU proclaman el inicio de una "nueva relaci¨®n"
ENVIADA ESPECIALEl presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y los siete gobernantes de Centroam¨¦rica y la Rep¨²blica Dominicana han proclamado con optimismo el comienzo de una nueva era en las relaciones bilaterales. Este es el trasfondo del documento suscrito ayer por los mandatarios en San Jos¨¦ de Costa Rica, que, si bien no deja de ser un cat¨¢logo de buenas intenciones, al menos sienta las bases para un trato basado en la reciprocidad y el respeto. Centroam¨¦rica ya no es el campo de batalla de la guerra fr¨ªa, sino un conjunto de democracias atenazadas por la ruina econ¨®mica y la inestabilidad social.
El documento final de la cumbre de San Jos¨¦, que concluy¨® en la tarde de ayer, ha decepcionado a quienes esperaban una lista de medidas concretas y efectivas. Las aspiraciones de los gobernantes centroamericanos eran muy concretas: lograr acuerdo de libre comercio con Estados Unidos o, en ¨²ltima instancia, una mayor apertura del vecino del norte a sus productos, y una amnist¨ªa para sus emigrantes amenazados por la ley de inmigraci¨®n estadounidense que entr¨® en vigor el 1 de abril.Ninguno de los dos objetivos han tenido cabida en el acuerdo, cosa que se ve¨ªa venir, pero al menos se han dado peque?os pasos. En el aspecto comercial, Estados Unidos ha rehuido la petici¨®n centroamericana evocando el proyecto continental de supresi¨®n de aranceles -el ?rea de Libre Comercio de las Am¨¦ricas (ALCA), que se pondr¨¢ en marcha en el a?o 2005-.Pero mientras llega ese momento, el presidente Clinton se ha comprometido a flexibilizar los intercambios comerciales. Para ello presentar¨¢ ante el Congreso un presupuesto que ofrece la reducci¨®n de aranceles en los pr¨®ximos cinco a?os para art¨ªculos centroamericanos y caribe?os. Adem¨¢s, de la cumbre de San Jos¨¦ nacer¨¢ un Consejo de Comercio e Inversi¨®n que impulsar¨¢ acuerdos regionales espec¨ªficos.
En el tema de la migraci¨®n, Clinton reiter¨®, como ya hizo en M¨¦xico, que la reciente ley estadounidense se aplicar¨¢ "con sensatez y humanidad". Si bien la petici¨®n de amnist¨ªa se fue a la papelera, el presidente admiti¨® que su pa¨ªs deber¨ªa ofrecer a los inmigrantes centro amer¨ªcanos un "trato especial" porque Estados Unidos tom¨® parte muy activa en los conflictos que generaron el ¨¦xodo de tres millones de personas de la regi¨®n. De ellas, un mill¨®n se encuentra en situaci¨®n ilegal, mientras otros tienen permiso de estancia, pero no de ciudadan¨ªa, con lo que estar¨ªan tambi¨¦n amenazados por la ley. La sola idea de las deportaciones masivas pone a temblar a estos peque?os pa¨ªses, cuyos ¨ªndices de desempleo son alarmantes y cuyas finanzas se mantienen en pie gracias a las divisas que reciben de sus emigrantes. En El Salvador, por ejemplo, las remesas, que llegaron a 1.100 millones de d¨®lares (m¨¢s de 160.000 millones de pesetas) en 1996, son ya el primer rubro de la econom¨ªa.
El presidente Clinton lo sabe y ayer volvi¨® a garantizar verbalmente que no habr¨¢ deportaciones masivas, y que se tendr¨¢ en cuenta la situaci¨®n familiar de los afectados.
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