Los malos principios
Los malos principios quiere la rasa cal¨¦. Y si es as¨ª, buena feria vamos a tener. Porque la corrida inaugural result¨® muy deslucida: salieron malos los toros, los toreros no estuvieron gloriosos.Dando razones a la creencia gitana, el que abri¨® plaza fue el peor de todos. El que abri¨® plaza, un c¨¢rdeno de trap¨ªo irreprochable con cara de juez, desarroll¨® sentido. Quiere decirse que sab¨ªa lat¨ªn, y lo que le faltaba aprender para el m¨¢ster se lo ense?aron durante la lidia. O sea que no hubo lidia, s¨ª capotazos sin sentido, salvo cuando entraba Luis Carlos Aranda, que es un subalterno de categor¨ªa especial.
Los subalternos, igual que los matadores, dan su medida en estas corridas dificultosas. Tiempo atr¨¢s, si los espadas se mostraban medrosos o inexpertos, siempre surg¨ªa entre las cuadrillas quien se echaba adelante y pon¨ªa orden en el ruedo. Toreros de esta naturaleza apenas quedan. Sin embargo hab¨ªa en la plaza dos, el mencionado Aranda y Morenito de Ja¨¦n, que adem¨¢s banderillearon asom¨¢ndose al balc¨®n y se iban de la cara del toro andandito, que es lo bueno.
Escolar/ Zotoluco, S¨¢nchez, Garc¨ªa
Toros de Jos¨¦ Escolar, con trap¨ªo, en general mansos, poca casta, dificultosos; Y pastue?o.Zotoluco: tres pinchazos, descabello, rueda de peones y tres descabellos (silencio); pinchazo, estocada -aviso- y descabello (silencio). Andr¨¦s S¨¢nchez: bajonazo infamante (silencio); cuatro pinchazos, rueda de peones, tres pinchazos -aviso-, pinchazo hondo y tres descabellos (silencio). Juan Carlos Garc¨ªa: pinchazo, estocada corta ladeada, rueda de peones y descabello (vuelta con protestas); estocada corta ca¨ªda y cuatro descabellos (palmas). Plaza de Las Ventas, 10 de mayo. 4? corrida de abono. Cerca del lleno.
Toreros lidiadores, toreros con torer¨ªa: una especie a extinguir. Los taurinos los quieren sumisos y aduladores, si se trata de banderilleros; cursis pegapases, si se trata de diestros, y este nuevo p¨²blico que. va ahora a las plazas (s¨®lo en San Isidro, por favor), se ha cre¨ªdo que ah¨ª est¨¢ el arte.
Los subalternos van reduciendo su sabidur¨ªa a dar voces desde burladero y las voces que da n una idiotez supina. Cuando Zotoluco intentaba zafarse de s ga?afones que le tiraba su primer toro, el pe¨®n de turno le gritaba: "?Toca!". Cuando Andr¨¦s S¨¢nchez presentaba la muleta al segundo, que no paraba de recular el pe¨®n le gritaba: ?Toca!". Cuando Juan Carlos Garc¨ªa embarcaba al pastue?o tercero, el pe¨®n le, gritaba: ?Toca!". He aqu¨ª la piedra filosofal, el ung¨¹ento amarillo, la clave de la tauromaquia. Toca... El toreo convertido en toque; toqui, seg¨²n otra versi¨®n. El problema es, que los j¨®venes espadas -y muchos veteranos tambi¨¦n- est¨¢n convencidos de que ¨¦sa es la regla del arte, y en cuanto les ponen delante un toro que no sea borrego, un toro de verdad inmune al toqui, no saben por d¨®nde meterle mano.
Les ocurri¨® a Zotoluco en el cuarto, a S¨¢nchez en el quinto, a Garc¨ªa en el sexto. Los tres intentaron los derechazos y los naturales, y pues no les. sal¨ªan ni con toque ni sin ¨¦l, se les acababa el repertorio. Zotoluco aguant¨® poco al cuarto; el quinto sac¨® genio y S¨¢nchez no le instrument¨® el toreo reunido que acaba dominando a los toros; el sexto humillaba una barbaridad y ni Garc¨ªa ni sus peones supieron darle la lidia adecuada.
El tercero embisti¨® pastue?o por el pit¨®n derecho, y ah¨ª s¨ª; ah¨ª Juan Carlos Garc¨ªa se cruz¨®, ya que estaba templ¨®, y pudo cuajar un toreo en redondo de altos vuelos. Toreo pausado y fino, aprovechando con armon¨ªa y mando la boyant¨ªa de la res. Por la izquierda Juan Carlos Garc¨ªa no consinti¨® la fiera acometida y renunci¨® a torear al natural. Tampoco mat¨® a la primera ni arriba. De manera que la faena qued¨® irregular e incompleta, y si dio la vuelta al ruedo, fue por su cuenta.
Se le esperaba a Juan Carlos Garc¨ªa en el sexto. Y el sexto humillaba, lo que es un dato positivo. Y se les hicieron agua los paladares a la afici¨®n. Mas los toreros dieron p¨¦sima lidia al toro, que fue cogiendo sentido; Juan Carlos Garc¨ªa no se atrevi¨® a aguantarle ni una sola embestida, recurri¨® a meterse en el costillar para torear all¨ª escondido y el toro se lo quit¨® e encima peg¨¢ndole -una volterea. La teor¨ªa gitana cerraba su ciclo con aires de tragedia. Afortuadamente no pas¨® nada. S¨®lo pas¨® que aquello se termin¨®. Y bien terminado estaba.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.