Madrid gana a Cantabria y Asturias 17.000 millones de las herencias de Bot¨ªn y Masaveu

Los dos impuestos de sucesiones m¨¢s cuantiosos pagados en la historia de Espa?a cambian de manos. El Ministerio de Econom¨ªa ha resuelto a favor de la Comunidad de Madrid sendos recursos en los que ¨¦sta reclamaba para s¨ª los 11.000 millones de pesetas pagados por los herederos de Pedro Masaveu al Principado de Asturias (parte de ellos con obras de arte) y los 6.023 millones abonados a Cantabria por los herederos de Emilio Bot¨ªn Sanz de Sautuo1a. Ambos financieros fallecieron en 1993. Asturias y Cantabria han recurrido la resoluci¨®n ante el Tribunal Econ¨®mico Administrativo Central.

El financiero asturiano Pedro Masaveu Peterson falleci¨® en Madrid el 15 de enero de 1993, v¨ªctima de una enfermedad degenerativa. Ten¨ªa 54 a?os. Aunque poco conocido p¨²blicamente, era uno de los hombres m¨¢s ricos de Espa?a: propietario de empresas cementeras; accionista relevante de Banesto, Banco Herrero e Hidrocant¨¢brico... Adem¨¢s, hab¨ªa reunido una de las mejores colecciones privadas de arte. Su fortuna, pr¨®xima a los 300.000 millones, fue heredada en su mayor parte por su hermana Cristina.Ocho meses y siete d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Masaveu fallec¨ªa a los 90 a?os de edad en su domicilio de Santander el banquero Emilio Bot¨ªn Sanz de Sautuola, presidente del Banco Santander durante 36 a?os y padre del actual presidente de la entidad financiera.

Los herederos de Masaveu y Bot¨ªn cumplieron con sus obligaciones fiscales y pagaron el impuesto de sucesiones (un porcentaje de lo heredado) a los departamentos de Hacienda del Principado de Asturias y de la Comunidad de Cantabria, respectivamente. En el caso de Masaveu, el impuesto se fij¨® en 11.000 millones, el m¨¢s alto en la historia fiscal espa?ola. Los herederos abonaron una parte mediante la cesi¨®n al Principado de 410 obras de arte de la colecci¨®n del fallecido, que fueron tasadas en 8.000 millones. Otros 3.000 millones se liquidaron en met¨¢lico.

Los dirigentes auton¨®micos asturianos, entonces del PSOE, se apresuraron a rentabilizar los frutos del impuesto. Anunciaron la construcci¨®n de un museo de nueva planta para albergar la colecci¨®n y mostraron algunas de sus piezas en una exposici¨®n en Oviedo, en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

El Gobierno c¨¢ntabro tambi¨¦n intent¨® lucir los 6.023 millones que los herederos de Bot¨ªn tuvieron que desembolsar. Los pol¨ªticos c¨¢ntabros debatieron intensamente el destino del dinero: el PP quer¨ªa utilizarlo para saldar antiguas deudas con proveedores; los socialistas ped¨ªan una distribuci¨®n ecu¨¢nime de esos fondos. Y Juan Hormaechea, entonces presidente c¨¢ntabro, decidi¨® de urgencia meter el dinero en un banco a plazo fijo durante un a?o. Para el futuro, Hormaechea propuso dedicar parte del ingreso extraordinario en construir una r¨¦plica de las cuevas de Altamira, lo que se llevar¨ªa 2.000 millones. Los 4.023 millones restantes servir¨ªan, seg¨²n sus c¨¢lculos, para levantar un museo de bellas artes, un gran palacio de deportes', una carretera y un t¨²nel.

Tributaban en Madrid

Mientras los dirigentes de ambas regiones hac¨ªan planes, en la Comunidad de Madrid descubr¨ªan datos para reclamar para s¨ª esos impuestos.

En 1994, fecha del pago de ambos impuestos, gobernaba en Madrid el socialista Joaqu¨ªn Leguina. Su consejero de Hacienda, Ram¨®n Espinar, descubri¨® que tanto el financiero asturiano como el c¨¢ntabro ten¨ªan sus domicilios fiscales en Madrid, d¨®nde hac¨ªan la declaraci¨®n de la renta. Eran argumentos suficientes para reclamar el impuesto de sucesiones de ambas herencias. "Entonces no gestion¨¢bamos ese tributo, tan s¨®lo recib¨ªamos el dinero que se encargaba de recaudar la Agencia Tributar¨ªa. Cuando descubrimos que los impuestos correspondientes se hab¨ªan pagado en Cantabria y Asturias, solicitamos a la Agencia que presentase un recurso en defensa de Madrid", recuerda Espinar.

Cuando en las elecciones de 1995 los socialistas perdieron el gobierno regional, los recursos para que Madrid recuperase los 17.023 millones ya pagados por los herederos de Masaveu y Bot¨ªn a Asturias y Cantabria a¨²n no se hab¨ªan resuelto. Pero el nuevo presidente madrile?o, Alberto Ruiz-Gallard¨®n (PP), ha encontrado el premio hace tan s¨®lo unos meses. La Direcci¨®n General de Coordinaci¨®n de las Haciendas Territoriales, dependiente del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda, ha fallado a favor de Madrid.

Los expertos de la hacienda madrile?a creen que la resoluci¨®n era la ¨²nica posible: "La ley establece que los impuestos de sucesiones se pagan en la comunidad aut¨®noma donde los interesados tienen establecido su domicilio fiscal, aunque Cantabria y Asturias argumentan que el domicilio habitual es lo que cuenta para determinar donde se paga el impuesto".

Los 6.023 millones pagados por los herederos de Bot¨ªn m¨¢s las 410 obras pict¨®ricas del legado Masaveu y otros 3.000 millones correspondientes al tributo de sucesiones liquidado por Cristina Masaveu aliviar¨ªan las arcas madrile?as, amenazadas por un alt¨ªsimo endeudamiento. Las obras de Metro iniciadas por Ruiz-Gallard¨®n, en las que gastar¨¢ m¨¢s de 100.000 millones, costar¨ªan menos esfuerzo si estos miles de millones llegaban al fin.

Sin embargo, las herencias son quiz¨¢s mucho m¨¢s relevantes para las arcas regionales asturianas y c¨¢ntabras. Ambas comunidades est¨¢n gobernadas por correligionarios de Ruiz-Gallard¨®n: Asturias, por Sergio Marques; Cantabria, por Jos¨¦ Joaqu¨ªn Mart¨ªnez Sieso.

Recursos

Los 11.000 millones del legado de Masaveu suponen m¨¢s del 7% del presupuesto total del Principado para este a?o (152.000 millones). Los 6.023 millones de la herencia de Bot¨ªn constituyen el 8% del presupuesto de Cantabria (76.799 millones).

Pese al primer fallo de Econom¨ªa, Asturias y Cantabria no renuncian a lo que consideran suyo. Ambas autonom¨ªas han presentado recursos ante el Tribunal Econ¨®mico Administrativo Central. Ante este organismo, dependiente de la administraci¨®n central, Madrid no podr¨¢ intervenir como parte interesada. Previsiblemente, los pleitos ser¨¢n largos.