"Dios est¨¢ en el otro bando"
Durante su paseo diario por Central Park, Kasp¨¢rov se encontr¨® el jueves con un cura baptista que intent¨® animarle: "Sigue luchando, la ayuda est¨¢ en camino". "?Ayuda de qui¨¦n?, replic¨® el ruso; "De nuestro Se?or", precis¨® el religioso. "Pues tengo la sensaci¨®n de que ¨¦l est¨¢ en el otro bando", concluy¨® el campe¨®n antes de seguir andando a toda velocidad.En su recorrido cotidiano del hotel al escenario, Kasp¨¢rov ha visto numerosos carteles con su cara pegados en las calles de Manhattan para anunciar el duelo; tambi¨¦n se ha visto en las portadas de casi todos lo peri¨®dicos y en muchos programas de televisi¨®n. La conquista de Am¨¦rica, so?ada desde que se convirti¨® en el campe¨®n del mundo m¨¢s joven de la historia, en 1985, a los 22 a?os, se ha convertido en realidad: en Estados Unidos se ha vuelto a hablar mucho de ajedrez por primera vez desde hace 25 a?os, cuando Bobby Fischer destron¨® a Bor¨ªs Spasski.
Pero la posibilidad de perder con el "est¨²pido silicio" mientras conquistaba Am¨¦rica no estaba en sus c¨¢lculos, a pesar de que su madre le hab¨ªa advertido seriamente. En las conversaciones con sus allegados durante los ¨²ltimos d¨ªas, Kasp¨¢rov no ha dejado de repetir que "la m¨¢quina es batible si su rival humano est¨¢ en un ¨®ptimo estado mental", y de quejarse porque no le han facilitado las partidas de entrenamiento disputadas por Deep Blue; el ruso considera que eso es injusto, dado que el equipo de IBM pudo analizar al detalle las que ¨¦l disput¨® en Gran Canaria y Linares.
Eso s¨ª, Kasp¨¢rov reconoce que sus adversarios "han hecho un magn¨ªfico trabajo", que empez¨® hace quince meses, inmediatamente despu¨¦s del primer duelo contra Kasp¨¢rov en Filadelfia. Y es bien conocido que Dios ayuda a quien madruga.
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