Los recuerdos de Cernuda vuelven a Madrid
El legado del poeta se incorpora a los fondos de la Residencia de Estudiantes
A pesar de que Luis Cernuda dese¨® para su legado "la destrucci¨®n, el fuego" antes que ser "otro objeto vano" desde ayer los casi mil vol¨²menes de su biblioteca personal, y cientos de fotograf¨ªas y recuerdos, forman parte de los fondos de la Residencia de Estudiantes de Madrid. Una exposici¨®n mostrar¨¢ hasta fines de mes una parte de dicho legado, cuya compra-venta fue firmada ayer por el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre; y el sobrino y heredero de Cernuda, Angel Yanguas. Aznar mostr¨® su inter¨¦s por el legado y adelant¨® que, en los pr¨®ximos d¨ªas, volver¨¢ a -la Residencia para -"con calma"- poder "verlo, tocarlo y leerlo".
Guardados en los mismos ba¨²les donde Luis Cernuda (Sevilla, 1902) los meti¨® en plena guerra civil, los libros, papeles y fotograf¨ªas que atesoraba en su piso de Madrid permanec¨ªan hasta ahora en Sevilla, en la casa de su sobrino. "Tengo todos los muebles de su casa de la calle Viriato, de Madrid. ?l le pidi¨® a mi madre que guardara todas sus cosas .S¨®lo falta la ropa, la gastaron mis hermanos durante la guerra", record¨® ayer ?ngel Yanguas Cernuda.Mientras sus libros y recuerdos permanec¨ªan en Espa?a, perfectamente ordena dos y fechados en ba¨²les, el poeta escrib¨ªa en M¨¦xico Limbo, un poema en el que contemplaba con rabia la posibilidad de que sus pertenencias acabaran encumbradas en un rito social: "...el poeta /vive para esto, para esto / Noches y d¨ªas amargos, sin ayuda/ De nadie, en la contienda/ Adonde, como el f¨¦nix, muere y nace, / Para que a?os despu¨¦s, siglos / Despu¨¦s, obtenga al fin el displicente / Favor de un grande en este mundo.
Su vida ya puede excusarse / porque ya ha muerto del todo; Su trabajo ahora cuenta Domesticado para el mundo de ellos/ Como otro objeto vano, / Otro ornamento in¨²til; / Y t¨² cobarde, mudo / Te despediste ah¨ª, como el que asiente, / M¨¢s all¨¢ de la muerte a la injusticia.
Mejor la destrucci¨®n, el fuego".
30 millones
La compra del legado -30 millones de pesetas financiados entre Telef¨®nica, Comunidad de Madrid y Secretar¨ªa de Estado de Universidades- supone la incorporaci¨®n a la Residencia de Estudiantes de fotograf¨ªas in¨¦ditas (el poeta leyendo tumbado en el sof¨¢ de su casa; vestido de blanco y moreno en el puerto de C¨¢diz; con un amigo en un balc¨®n de Toledo ... ); primeras ediciones dedicadas al poeta por sus compa?eros de generaci¨®n (Jorge Guill¨¦n le dedic¨® as¨ª C¨¢ntica: "A Luis Cernuda, siempre en la calle del Aire, supremo hu¨¦sped de estas contra-nieblas"); textos manuscritos, revistas y libros de poes¨ªa, sobre todo, rom¨¢nticos ingleses y alemanes.
De todo el legado, unas 100 piezas est¨¢n expuestas hasta el 25 de mayo en la Residencia de Estudiantes. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar visit¨® ayer la muestra junto a su mujer, Ana Botella; la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre, y el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. Entre los invitados que asistieron a la inauguraci¨®n se encontraban poetas como Luis Antonio de Villena, Luis Alberto de Cuenca y Claudio Rodr¨ªguez; cineastas como Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n y Jos¨¦ Luis Borau; la esposa de Rafael Alberti, Mar¨ªa Asunci¨®n Mateo (que se?al¨® que el poeta gaditano se encuentra mejor de salud); el ex ministro de Econom¨ªa socialista Miguel Boyer; el vicepresidente y ministro en gobiernos de la UCD Adolfo Mart¨ªn Villa e I?igo Cavero, ministro tambi¨¦n con UCD.
Ante todos ellos Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar afirm¨® en su discurso su deseo de recuperar plenamente el resto del legado de Cernuda que todav¨ªa permanece en M¨¦xico y, despu¨¦s de situar el exilio del poeta entre los "desgraciados avatares de nuestra pen¨²ltima historia", se?al¨® el acto de ayer como ejemplo de herida que se cierra. El presidente, utilizando el famoso verso de Cernuda, a?adi¨®: "Hemos mandado aquellas viejas querellas all¨ª donde habite el olvido". Aznar termin¨® su intervenci¨®n con otra optimista afirmaci¨®n: "Hoy cabe decir que los sue?os de Cernuda, y tambi¨¦n los de otros tantos de esa generaci¨®n, han encontrado su raz¨®n al fin".Desenga?ado
Luis Cernuda jam¨¢s regres¨® despu¨¦s de 1936 a Espa?a, muri¨® repentinamente el 5 de noviembre de 1963 en M¨¦xico, en el domicilio de Concha M¨¦ndez. El autor de Perfil del aire y Desolaci¨®n de la quimera elev¨® en los ¨²ltimos a?os de su vida el tono amargo y desenga?ado de sus escritos. Sobre ¨¦l dijo su compa?ero de generaci¨®n Vicente Aleixandre: "Volv¨ª la cabeza y all¨ª estaba: silencioso, enlutado, fino ( ... ) Ten¨ªa el pelo negro, de un negro definitivo, partido en raya, con hebra suelta y lisa sobre su cabeza. La tez, p¨¢lida; escueta la cara, con el p¨®mulo insinuado bajo la piel andaluza. Dominaban all¨ª unos ojos oscuros y un poco retrasados, tan pronto fijos, tan pronto vagos y renunciadores". Y en 1946, Manuel Altolaguirre, escribir¨ªa: "Hoy quiero recordar a Luis Cernuda: Ante el cielo cuadrado, azul, de mi ventana, recuerdo el verso suyo: 'Los durmientes desfilan como nubes' y le veo como el so?ador m¨¢s luminoso, como el poeta mejor iluminado de toda la poes¨ªa espa?ola de hoy".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.