Como en misa
Nadie ten¨ªa nada que decir, todo el mundo callado, chit¨®n. Fue la novillada del silencio. Igual que en misa.Daban los novilleros los derechazos y dominus vobiscum.
Daban los naturales y se ten¨ªan que ir a confesar.
-Padre, me acuso de haberle pegado trapazos a aqu¨¦l de all¨ª fingiendo que eran naturales.
-?Cu¨¢ntas veces?
-Dos docenas.
-Siete avemar¨ªas, un credo, y se me ponga cara a la pared.
Unos novillos tan peque?ines, tan inocentes y tan escachifollados como sacaron al hist¨®rico ruedo de Las Ventas no merec¨ªan que les pegaran semejantes trapazos.
El propio ruedo de Las Ventas y su afici¨®n, que se sienta arriba, tampoco merec¨ªan que les sacaran unos novillos tan peque?ines, tan inocentes y tan escachifollados.
Ventorrillo / D¨ªaz, Morante,
Bl¨¢zquezCuatro novillos de El Ventorrillo (dos rechazados en el reconocimiento), sin trap¨ªo, tipo eral, flojos, d¨®ciles. Dos devueltos por inv¨¢lidos. 5? y 6? de Pe?ajara, bien presentados, flojos, pastue?os. Sobreros de Alejandro V¨¢zquez, con presencia: 2? flojo, 3? manso, pastue?os. Todos sospechosos de pitones. Curro D¨ªaz: cinco pinchazos y descabello; estocada corta baja. Morante de la Puebla: pinchazo, estocada, rueda de peones y descabello; pinchazo, estocada trasera, rueda de peones y dos descabellos. Ra¨²l Bl¨¢zquez: bajonazo que asoma, pinchazo, bajonazo, cuatro descabellos -aviso- y descabello; media. (Silencio en los seis). Plaza de Las Ventas, 12 de mayo. 6 a corrida de abono. M¨¢s de tres cuartos de entrada.
Aqu¨ª, quien precisaba confesi¨®n era la empresa.
La empresa a confesarse, en cola: Fernando Fern¨¢ndez Tapias, que la preside; los hermanos Pablo, Eduardo y Jos¨¦ Luis Lozano, que la vicegerencian; Manolo Cano, que la vicegerencia.
-Hermanos: ?De qu¨¦ os acus¨¢is?
-De haber sacado al ruedo de Las Ventas unos novillos peque?ines, inocentes y escachifollados.
-?Cu¨¢ntas veces?-Ocho.
-?Con ¨¢nimo de lucro?
-?Glubs!
-En penitencia vais a rezar un rosario en familia, a cantar a dos voces el Alabado sea el sant¨ªsimo y luego, restituci¨®n.
Los confesores, santos varones -ya se sabe- son de una ingenuidad enternecedora. ?Restituir algo la gente del toro? Antes el Viaducto.
En cuanto los novillos empezaron a mostrar su estampa de eralotes y a embestir con bondad infinita; y el novillero Curro D¨ªaz a componer figuras sin cuajar ni un pase, y su colega Morante de la Puebla a pegarlos sin templar ninguno, y el tercer espada, Ra¨²l Bl¨¢zquez, a torear fuera cacho aunque ligaba y templaba -esto acaeci¨® en la primera parte de la funci¨®n-, a la parroquia se le quitaron las ganas de corear ol¨¦s y de aplaudir y hasta de hablar.
Si no llega a ser por el vecino de localidad de un servidor y un veterano animador que rebull¨ªa en los altos del 9, nos dormimos. El vecino de localidad de un servidor ten¨ªa unas manos como tabiques y pues le dio por pasarse la tarde aplaudiendo, nos dej¨® a los de alrededor en estado de sordera. Las manos del veterano animador de los altos del 9 son como los tambores de Fu-Man-Chu, y en cuanto rompe a aplaudir -que es siempre- parece que invoca a los esp¨ªritus.
El veterano animador va de plaza en plaza dando vivas a Espa?a y a la Fiesta Nasion¨¢, y mientras el p¨²blico novato pica, y excitado su fervor patri¨®tico rompe en un desaforado triunfalismo, la afici¨®n conspicua le tira pullas.
La novillada iba tan sopor¨ªfera, sin embargo, que ni el animador consigui¨® animar y la segunda parte de la funci¨®n transcurri¨® en el m¨¢s absoluto de los silencios.
En realidad, esa segunda parte era repetici¨®n estricta de la primera -las mismas vulgaridades de Curro D¨ªaz y de Morante- salvo en lo concerniente a Ra¨²l Bl¨¢zquez, que debi¨® contagiarse, perdi¨® el temple exhibido en el tercer novillo, y al sexto lo moli¨® a trapazos. Alguien grit¨® entonces: "?Acaba, que tenemos que cenar!" Y acab¨®, loado sea el Se?or. Y a la voz de ite misa est, deo gratias, el gent¨ªo huy¨® de all¨ª. A escape.
Babelia
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