Yeltsin revisar¨¢ el pacto con la OTAN si entran las ex rep¨²blicas sovi¨¦ticas

El acta que Rusia y la Alianza Atl¨¢ntica firmar¨¢n el 27 de mayo no borra la l¨ªnea divisoria de Europa, sino que, seg¨²n Mosc¨², la desplaza hacia el Este, concretamente al contorno de la antigua frontera sovi¨¦tica. As¨ª se desprende de las explicaciones que dio ayer el presidente Bor¨ªs Yeltsin a los l¨ªderes parlamentarios, y tambi¨¦n de lo que afirm¨® a este diario el jefe del Comit¨¦ de Exteriores de la Duma (C¨¢mara baja del Parlamento), VIadimir Lukin, que ha le¨ªdo el documento firmado por el ministro de Exteriores, Evgueni Primakov y el secretario general de la OTAN, Javier Solana.

"Si la OTAN decide aceptar a las rep¨²blicas de la ex URSS, Rusia revisar¨¢ su relaci¨®n con esta alianza", dijo Yeltsin, que no desvel¨® las medidas a tomar en un caso semejante. El presidente reconoci¨® que en el Acta no figura esta "objeci¨®n" al ingreso de las rep¨²blicas postsovi¨¦ticas. De los seis Estados surgidos en el frente occidental de Rusia en 1991, Bielorrusia es el ¨²nico con el que Mosc¨² puede contar como aliado.Yeltsin no entreg¨® copia del Acta a los l¨ªderes parlamentarios. El comunista Guennadi Ziug¨¢nov, uno de los que m¨¢s batalla puede presentar en la Duma, consider¨® que el acuerdo con Bielorrusia es un "poderoso paso" contra la ampliaci¨®n de la OTAN, y expres¨® su confianza en la firma de los estatutos de la uni¨®n ruso-bielorrusa el 23 de mayo, pese a los desacuerdos existentes.

El Acta, de cuyo contenido Solana inform¨® ayer con m¨¢s detalle al presidente norteamericano, Bill Clinton, en una reuni¨®n en la Casa Blanca, no precisa la ratificaci¨®n del Parlamento ruso, pero Bor¨ªs Yeltsin trata de conseguir por lo menos la neutralizaci¨®n de posibles acusaciones de traici¨®n a los intereses de Rusia.

"En las circunstancias actuales, teniendo en cuenta la correlaci¨®n de fuerzas y los problemas de los pa¨ªses occidentales ante los pa¨ªses del Este de Europa, el documento est¨¢ cerca del m¨¢ximo que pod¨ªa conseguir la diplomacia rusa", manifest¨® Lukin.

"En lo que se refiere a la ampliaci¨®n ulterior de la OTAN, todo el documento se pondr¨¢ en cuesti¨®n, si no se tienen en cuenta nuestras preocupaciones", se?al¨®. El pol¨ªtico dijo que esperaba que la Alianza considerar¨¢ el deseo ruso "de que no haya una ampliaci¨®n r¨¢pida y m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea que es totalmente inaceptable" para Mosc¨². "Esta l¨ªnea existe, y no la dibujar¨¦", sentenci¨®, sin querer extenderse.

?Est¨¢ Rusia dispuesta a tragar una primera fase de ampliaci¨®n a los pa¨ªses del ex Pacto de Varsovia, pero no una segunda a los pa¨ªses de la ex URSS? En opini¨®n de Lukin, "Rusia no est¨¢ dispuesta a tragar nada". Pero a?ade que nadie pregunta a Rusia y, por tanto, "Rusia no traga, sino que se lo echan todo en la boca". Al firmar el documento, Mosc¨² parte del supuesto de que "el error estrat¨¦gico de Occidente se acaba aqu¨ª y que Occidente digerir¨¢ su gran victoria durante bastante tiempo". En su opini¨®n, Occidente ha contado menos con los intereses de Rusia hoy que con los de Alemania al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial o con los de Espa?a tras el franquismo.

Lukin valora positivamente el mecanismo de consultas con la Alianza Atl¨¢ntica, pese a no ser vinculante. El pol¨ªtico, que pertenece a la facci¨®n liberal Y¨¢vIoko, es partidario de mayores obligaciones a la hora de las consultas sobre operaciones internacionales de pacificaci¨®n.

Mientras el compromiso unilateral de la OTAN sobre la no proliferaci¨®n de armas nucleares y la no utilizaci¨®n de infraestructura nuclear le parece bastante "preciso", en el cap¨ªtulo de las armas convencionales, Lukin considera la situaci¨®n "menos clara". Rusia, dice, hubiera querido m¨¢s recomendaciones concretas para adaptar el tratado sobre armas convencionales de 1990.