La "descortes¨ªa" de Anson

La voz de una secretaria a las 18.10 de ayer anunci¨® la incomparecencia de Luis Mar¨ªa Anson, director del diario Abc, al debate que se iba a celebrar en directo en Tele 5 apenas cinco horas m¨¢s tarde y al que desde el viernes pasado hab¨ªa prometido su asistencia. La excusa fue una cena. Ni el subdirector general de la cadena, Luis Fern¨¢ndez, ni el responsable de Informativos y moderador del encuentro, Luis Mari?as, consiguieron que Anson se pusiera al tel¨¦fono para explicar los motivos de su inusitada marcha atr¨¢s. "Es una descortes¨ªa y una mala educaci¨®n para los telespectadores y para el resto de invitados lo que hoy ha hecho Luis Mar¨ªa Anson", clamaban indignados anoche responsables de Tele 5.Los seis invitados iniciales se quedaron en cuatro. A la huida de Anson se sum¨® la enfermedad de Jos¨¦ Antonio Zarzalejos, director de El Correo, que le impidi¨® viajar a Madrid al encuentro en Tele 5 en torno a La guerra de medios.

Presencia confirmada

El viernes pasado, el director de Abc comunic¨® personalmente a Luis Fern¨¢ndez su asistencia. Incluso, el mismo lunes, responsables de dicho peri¨®dico facilitaron a Tele 5 una fotograf¨ªa de su director para poder incluirla en la publicidad que insert¨® la cadena en distintos diarios. Incluso, en su edici¨®n de ayer, Abc inform¨® de la presencia de Anson en el debate en sus p¨¢ginas de Televisi¨®n. Por todo. ello, nadie se explicaba en Tele 5 la repentina e inexplicable renuncia de Anson.El debate despert¨® una enorme expectaci¨®n. En los pasillos de Tele 5 se aglomeraron anoche los periodistas. Los cuatro directores asistentes llegaron puntuales a la cita. Tras pasar por maquillaje, se reunieron en una sala con Luis Mari?as para, posteriormente, salir juntos, relajados y sonrientes, y posar para las c¨¢maras. En la planta de abajo les esperaba un plat¨® recogido y serio, con una cortinilla negra de fondo.

La hora y veinte minutos que dur¨® el encuentro en directo, con una ¨²nica interrupci¨®n publicitaria, fue captada por seis c¨¢maras que siguieron desde distintos ¨¢ngulos los pormenores y los rostros del debate. Incluso las manos, como las de Pedro J. Ram¨ªrez, quien no pudo evitar un tembleque mientras ense?aba una portada de su peri¨®dico que hab¨ªa preparado para la ocasi¨®n.